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Despejando la niebla mental: 5 consejos para concentrarse mejor

Ila Bonczek
Ila vive en Garden State (EE. UU.) con su familia. Ha estado cultivando productos y plantas perennes durante 20 años. Recomienda la jardinería por comida y diversión, pero no para hacer fortuna.
Published: 24 de junio de 2022
Niebla mental
La niebla mental es un síndrome común que afecta la claridad mental. Al hacer algunos cambios saludables en el estilo de vida, es posible que pueda restaurar sus habilidades cognitivas y encontrar su enfoque. (Imagen: Horia Varlan vía Flickr CC BY 2.0)

La niebla mental es una sensación de nubosidad que hace que sea difícil concentrarse o pensar con claridad y que sea fácil de olvidar. La niebla mental en sí misma es bastante mala, pero la frustración resultante de la reducción de la cognición también puede provocar agotamiento físico y mental, falta de motivación u otros síntomas de enfermedad. 

Dado que el estrés, la ansiedad, la mala alimentación u otras opciones de estilo de vida pueden contribuir a este síndrome, existen varias medidas que se pueden tomar para mejorar la claridad mental; algunos implican abandonar hábitos inútiles, mientras que otros giran en torno a la creación de hábitos nuevos y saludables.

5 cosas a las que renunciar para un mejor enfoque

Un ambiente de trabajo ordenado es esencial para un buen enfoque. (Imagen Lisa a través de Pexels)

1 – Despeja el desorden

Mantener un ambiente ordenado es una buena manera de despejar la mente. El desorden nos agobia tanto espiritual como psicológicamente. Cuando nos apegamos a varias posesiones por razones sentimentales, ponemos límites a nuestro crecimiento espiritual; mientras que la presencia visual de demasiadas cosas crea una carga mental estresante. Ambos factores influyen en un enfoque deficiente y también pueden provocar síntomas físicos. 

Trate de ver sus posesiones como seres transitorios que pueden tener una vida más allá de su tiempo con usted. Una vez que algo ya no sea útil, piense en una forma apropiada de pasarlo, cámbielo por algo más útil o reutilícelo. Aborde primero su lugar favorito: la tranquilidad que le brinda el espacio despejado lo inspirará a tomar la siguiente área.

2 – Las multitareas restan concentración

Cambiar su atención de una cosa a otra requiere tiempo y energía, cansa su cerebro y reduce su productividad. Si bien puede ser difícil eliminar las distracciones por completo, puede eliminar cualquier interrupción anticipada de su trabajo. 

Silencie su teléfono, dé a sus hijos algo que hacer que no requiera su atención y atienda las pequeñas necesidades rápidas antes de sentarse a una tarea importante. De esta manera puede darle toda su atención.

3 – La urgencia socava la productividad

Aprenda a distinguir entre importante y urgente, no son lo mismo, aunque a veces se superponen. Las tareas importantes contribuyen a sus objetivos a largo plazo y están en armonía con sus valores, pero se descuidan fácilmente debido a la «urgencia» de algo menos importante.

Las tareas urgentes también pueden ser importantes; pero muchas veces, son cosas que alguien más te exige pero que realmente no necesita, o que podría cuidar de sí mismo. Tomarse el tiempo para capacitar bien a otros y comunicar sus limitaciones puede liberarlo de muchas tareas «urgentes» para que pueda concentrarse en las importantes. 

4 – La comodidad nos vuelve complacientes

Si bien la comodidad puede hacernos sentir bien y darnos confianza, demasiada comodidad es algo peligroso. La estimulación mental se consigue saliendo de nuestra zona de confort. Sin estimulación mental, las dendritas, la extensión ramificada de nuestras células nerviosas, se atrofian. Mantenerlas activas con nuevos esfuerzos puede aumentar la plasticidad del cerebro, manteniéndolo fresco y alerta.

El pionero de la investigación de la plasticidad, Michael Merzenich, dice: «La voluntad de abandonar la zona de confort es la clave para mantener el cerebro nuevo». Para mejorar la claridad mental, en lugar de buscar comodidad; busque aventuras, pruebe cosas nuevas y aprenda nuevas habilidades.

5 – La inactividad conduce al letargo

Similar a la comodidad, la inactividad física ralentiza nuestro cerebro. Mover el cuerpo ejercita algunas funciones del cerebro que pueden, a su vez, mejorar la función cognitiva. Se sabe que el ejercicio regular mejora el sueño, aumenta el flujo de sangre al cerebro y mejora la memoria

Para mantener el cerebro en plena forma, evite un estilo de vida sedentario. Aléjese de las redes sociales y sus dispositivos, y salga al aire libre. Una vez que esté despierto y en movimiento, conviértalo en una rutina. Camine para transportarse, practique un deporte o juegue con sus hijos y mascotas: su productividad mejorará y su cuerpo tampoco se quejará.

El cerebro siente los efectos de la inactividad al igual que el cuerpo. Levántese y haga algo de actividad todos los días. (Imagen: Producción de Kampus a través de Pexels)

5 cosas a adoptar para un mejor enfoque

1 – Practique la atención plena

Intente prestar toda su atención a lo que sea que esté haciendo, ya sea una conversación, lavar la ropa o pasear a su perro. Empiece a notar sonidos y cosas que normalmente pasaría por alto. Deje que entren en sus pensamientos y despierten su curiosidad. 

¿Recuerda cómo, de niño, todo era emocionante y nuevo? Con la actitud correcta, los adultos pueden disfrutar del asombro y el descubrimiento de la misma manera. Deseche la mentalidad de «estuve allí, hice eso» y acepte cada experiencia como algo completamente único, tal como realmente es.

La atención plena también incluye prestar atención a nuestros pensamientos y sentimientos. Observe las cosas que pasan por su mente. A medida que surjan diferentes pensamientos y emociones, trate de mirarlos objetivamente, sin juzgarlos, rechazarlos o comprometerlos. 

Comer una dieta variada y saludable puede brindarle los nutrientes que necesita para concentrarse mejor. (Imagen: Anthony Langdon vía Wikimedia Commons Dominio público)

2 – Disfrute de una dieta nutritiva

Una dieta nutritiva siempre es clave para la salud física y mental, pero algunos nutrientes en particular son especialmente buenos para el cerebro. La vitamina D, por ejemplo, se ha relacionado con la memoria, la concentración y el estado de ánimo. La vitamina D se obtiene de forma natural a través de la exposición al sol, aunque alimentos como el pescado graso, los frutos secos, los lácteos también pueden aportar este nutriente.

El omega-3 también está relacionado con la salud cognitiva y puede obtenerse de pescados grasos, nueces y verdolaga, un comestible silvestre. Se recomienda mantener niveles adecuados de magnesio, vitamina C, vitaminas B y L-teanina, un compuesto que se encuentra en el té verde, para tener claridad mental. 

Con todos los productos procesados ​​y deficientes en nutrientes en los estantes de hoy, llevar una dieta balanceada puede parecer un desafío; pero no es tan complicado. Como aconsejó Michael Pollan, autor de El dilema del omnívoro: «Coma alimentos, no demasiado, principalmente plantas».

3 – Duerma más

La mayoría de las personas necesitan entre siete y nueve horas de sueño para funcionar de manera óptima. Si bien muchos de nosotros dependemos de la cafeína para estar alerta por la mañana, debemos recordar que, aunque no es una sustancia controlada, la cafeína es en realidad una droga. Aunque el café, el té e incluso el chocolate amargo pueden ser parte de una dieta saludable, demasiada cafeína puede tener efectos adversos en el cerebro y el cuerpo. 

Dormir lo suficiente es esencial para una función cerebral óptima. (Imagen: Ketut Subiyanto a través de Pexels)

Como dice el científico del sueño, el Dr. Matthew Walker, «el sueño no es negociable». El sueño es el momento para que nuestros cuerpos se reparen y rejuvenezcan, haciéndonos aptos para otro día. Es probable que acortar continuamente estas horas aumente el estrés, la irritabilidad y, por supuesto, la confusión mental. 

Trate de mantener un horario de sueño regular. Obtener luz solar natural durante el día y evitar el tiempo de pantalla antes de acostarse lo ayudará a caer en su ritmo circadiano natural. Las temperaturas cálidas y el consumo de alcohol interrumpen el sueño, así que mantenga su dormitorio relativamente fresco y manténgase sobrio. 

4 – Pase tiempo haciendo cosas que disfruta

A veces es difícil sacar tiempo para nosotros mismos en nuestras apretadas agendas; sin embargo, cuando descuidamos el cuidado personal, nuestras responsabilidades pueden volverse abrumadoras y estresantes. Asegúrese de encontrar al menos media hora cada día para hacer algo que lo haga sentir relajado y feliz. No siempre tiene que ser lo mismo.

Haz algo que disfrutes todos los días. Un refrescante cambio de escenario ayuda a reducir el estrés y mejorar su capacidad de concentración. (Imagen: Sasha Kim a través de Pexels)

Considere leer literatura clásica antes de acostarse, reunirse con sus amigos para dar un paseo matutino, emprender un proyecto de mejora del hogar o crear un poco de jardín para nutrir. Si tarda un poco más de lo planeado, no se estrese. Permita que su cerebro se recargue por completo y se sentirá más alerta y productivo. 

5 – No tenga miedo de tomar descansos

Pasar penosamente por tareas difíciles sin alivio no hace nada por la productividad. Muchas fuentes sugieren que el cerebro solo puede concentrarse de manera efectiva durante 45 minutos a la vez, después de lo cual, debe tomar un descanso de 10 a 15 minutos. 

Puede simplemente relajarse o, si elige usar este tiempo de manera productiva, puede abordar esas pequeñas cosas que ya no son «multitarea». En cualquier caso, levántese de tu trabajo, muévase y haga algo completamente diferente. Cuando regrese, estará renovado y listo para seguir adelante.

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Al igual que con cualquier estrategia de desarrollo personal, tómese su tiempo y sea paciente consigo mismo. Si estos métodos no mejoran sus síntomas, debe consultar a un médico. Si bien es un fenómeno común, la niebla mental no es una condición física en sí misma; pero puede ser un síntoma de otros problemas que deben abordarse.