Según una consultora especializada en inversiones extranjeras, más de 10.000 de los más ricos de China buscan emigrar a otros países este año.
Un informe de la firma Henley & Partners, con sede en Londres, encontró que el millonario promedio que busca salir de China tiene un patrimonio neto de alrededor de 4,8 millones de dólares, lo que resultaría en un total de 48.000 millones de dólares en retiros aproximados. Los expertos han advertido que el creciente éxodo de personas y dinero que abandona el país solo servirá para acelerar y agravar el empeoramiento de la crisis social y económica de China.
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La agencia también descubrió que aproximadamente 3.000 millonarios en Hong Kong también buscan dejar la ciudad este año. Después de regresar al gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh) en 1997, la anterior colonia británica experimentó una mayor erosión de los derechos civiles y la censura de sus medios de comunicación a manos de la policía china.
El informe agregó que con el creciente número de la élite de Hong Kong que opta por irse, China se convertiría en el segundo país del mundo en experimentar el mayor número de fugas de capital, solo superado por Rusia.
Raíces sistémicas
Tang Jingyuan, un experto en la economía de China radicado en EE. UU., dijo a The Epoch Times que una de las principales fuerzas impulsoras del éxodo han sido los esfuerzos del régimen chino para fortalecer su poder económico a expensas de las empresas privadas.
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Esto también se ha sumado a un mayor escrutinio regulatorio de las empresas tecnológicas chinas, lo que ha dado lugar a fuertes multas en muchos casos.
“Con el fin de fortalecer la seguridad del régimen, el PCCh comenzó a implementar una tormenta de supervisión estilo robo en gigantes autogestionados, como Alibaba y Didi. De hecho, destruyó por completo [ese] mercado de la economía”.
Tang también enfatizó que la “diplomacia del guerrero lobo” del PCCh ha llevado a un mayor aislamiento del país; políticamente, se ha vuelto como Corea del Norte. Económicamente, ha vuelto al modelo de economía planificada, lo que ha dado lugar a que sus grupos más ricos decidan reducir sus pérdidas y trasladar sus negocios fuera de China.
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“El PCCh también promueve este concepto de ‘prosperidad compartida’, que significa manipular las leyes y otros métodos financieros para ayudar a los ricos a encontrar exenciones fiscales, pero eso da como resultado una clase media y baja aterrorizada, que siente que su futuro financiero no está garantizado”, dijo, y agregó que el éxodo de capital de China fue causado por un sistema institucional arcaico.
“A menos que el sistema social de China cambie drásticamente en su conjunto, muchos de estos problemas no se pueden resolver en absoluto”.
Efectos ondulantes del ‘cero COVID’
Tang agregó que las medidas de mano dura contra el COVID del PCCh que han resultado en cierres generalizados, pruebas masivas, censura y cuarentena forzada, también han acelerado el deseo de muchas personas de irse.
“Existe una gran ansiedad y desconfianza en el futuro gobierno del PCCh. Para encontrar mejores condiciones de vida y derechos básicos, muchos han decidido emigrar al extranjero”, dijo.
El profesor Xie Tian, que trabaja en la Escuela de Negocios Aiken, afiliada a la Universidad de Carolina del Sur, declaró a The Epoch Times que los internautas de la China continental han calculado que al menos entre 3 y 5.000 personas han huido de Shanghái durante los implacables cierres de la ciudad, que duraron desde marzo hasta mediados de junio.
“Tan pronto como terminó la ‘política cero’ de Shanghái, el aeropuerto se llenó de personas que intentaban salir de la ciudad”, dijo Xie. Shanghái, conocido como el centro comercial y financiero más importante de China, alberga a casi 26 millones y soportó algunos de los bloqueos más duros jamás vistos en el mundo.
“Debido a que la gente ahora se da cuenta de lo frágiles que son sus activos frente al poder, el PCCh puede privarlos de su libertad personal, medios de subsistencia básicos y derechos humanos con una simple política de prevención de epidemias. De hecho, muchas personas huirán de China solo por estos controles”, dijo.
Xie agregó que las políticas de «COVID cero» del régimen chino también han provocado el cierre de muchas empresas, deteniendo la producción industrial y recortando severamente el gasto de los consumidores.
«Cuando las empresas se enteraron de que podían reanudar la producción, estaban eufóricas. Pero pronto descubrieron, con gran consternación, que muchos de los pedidos ya no podían atenderse porque los clientes encontraban otros fabricantes con plazos de entrega más rápidos».
“Algunos dueños de fábricas abandonaron China debido a esto”, agregó Xie.
Salir con el botín
A medida que más personas más ricas de China optan por abandonar el país en busca de mejores oportunidades profesionales y sociales, la cantidad de profesionales que transfieren sus activos a cuentas extraterritoriales a través de inversiones, bienes raíces o fideicomisos extraterritoriales también ha aumentado exponencialmente, señaló el informe.
Además, según un informe anual de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios de China, los compradores de China continental ocuparon el primer lugar en lo que respecta a la compra de propiedades en otros países. Solo en los EE. UU., los compradores chinos representaron 6.100 millones de dólares en ventas residenciales, y casi el 60 por ciento de ellos realizaron compras en efectivo de viviendas por un valor de al menos 1 millón de dólares.
El informe también señaló que la mayoría de las propiedades estaban ubicadas en California y el estado de Nueva York, y que la tendencia se mantuvo estable desde 2013.
Según Xie, la fuente de ingresos de gran parte de la élite de China proviene de “ingresos grises”, como sobornos o malversación de fondos por parte de funcionarios corruptos. “La desaparición de los depósitos de los bancos rurales y de las pequeñas ciudades de la provincia de Henan es en realidad una conspiración entre los altos directivos y el gobierno local”, dijo.
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“Se están aprovechando de la débil supervisión bancaria y se están fugando con el dinero”, agregó Xie.
Citando información privilegiada, Xie describió cómo un banco comunal que tenía depósitos de hasta 40.000 millones de yuanes (alrededor de USD 5930 millones) usó 20.000 millones de yuanes para sobornar a funcionarios de alto rango del PCCh, todos los cuales eran miembros del Comité Permanente del Politburó o sus familias. y se utilizaron más de 10.000 millones de yuanes para sobornar a funcionarios del gobierno local.
Al final, solo quedaron unos pocos miles de millones en las arcas del banco, sin absolutamente ninguna forma de pagar a los depositantes a quienes pertenecían los 40.000 millones de yuanes.
Otra situación en Shenzhen involucró una corrida bancaria en la creciente metrópolis del sur de China. Los “depósitos de esa institución fueron robados o convertidos en productos de gestión patrimonial. Los depositantes son de empresas propiedad del gobierno central y no pueden sacar el dinero ahora”, dijo Xie. Es probable que el dinero “ya no esté en China”, como es el caso de gran parte de los fondos adquiridos a través de esquemas de inversión dudosos o fraudulentos.
Repercusiones sociales
Según los expertos, la migración concentrada de grupos adinerados que salen de China se llevará grandes cantidades de capital en un “período de tiempo muy corto”. Sin embargo, la rápida transferencia de activos a cuentas extraterritoriales tendrá un impacto directo en el sistema cambiario del PCCh a corto plazo, amenazando “la base misma sobre la que se construyó el sistema”, dijo Tang.
Tang también agregó que a medida que la “salida de agua viva” (activos líquidos) continúa saliendo, la base de la riqueza social en la que confía la gente también seguirá cayendo.
“Con la transferencia masiva de activos, las oportunidades de inversión y empleo para las empresas en China continental también disminuirán rápidamente, y el resultado inevitable de eso es una brecha cada vez mayor entre los ricos y los pobres del país”, advirtió.
A la larga, Tang predice que a medida que la columna vertebral de China continúa evaporándose, las personas más educadas y los jóvenes profesionales se verán obligados a encontrar trabajos que requieren mucha mano de obra solo para sobrevivir, lo que dará como resultado una sociedad que «carecerá de innovación y recursos intelectuales».
“Si la élite intelectual y adinerada de una sociedad decide irse, significa que debe haber una crisis grave en esa sociedad. La salida de la columna vertebral de China solo acelerará su desaparición social”, dijo.
