La galardonada película documental Eternal Spring (Primavera Eterna) se proyectará en el 20.° Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos FICDH, con sede en Buenos Aires, el 4 y 5 de junio de este año.
Eternal Spring, cuenta la historia de 18 hombres y mujeres chinos que se enfrentaron a la máquina de propaganda del Partido Comunista chino (PCCh) al interferir la señal estatal de TV en una ciudad de millones de habitantes.
El 5 de marzo de 2002, el grupo de practicantes de la disciplina de la Escuela Buda Falun Dafa, cuya fe es brutalmente perseguida en China, logró transmitir con éxito 45 minutos de programación sin censura sobre esta disciplina. De esta manera, cientos de miles de personas en Changchun, vieron una realidad muy diferente a las que les contaba el PCCh día y noche por radio y TV.
En una obra maestra documental que fusiona animaciones y testimonios reales, el galardonado cineasta Jason Loftus y el célebre dibujante de cómics Daxiong -que ha realizado dibujos para la Liga de la Justicia y La Guerra de las Galaxias- narran la historia de coraje y resistencia de un grupo que defiende su derecho a creer.
Luego de las dos proyecciones en Buenos Aires, el director canadiense Jason Loftus dará una charla a la audiencia. La entrada tanto para ver el documental como para el conversatorio son de carácter libre y gratuito.
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Los días y lugares de las proyecciones son:
Domingo 4 de junio: Centro Cultural San Martín – Sarmiento 1551 – de 18:00 a 20:00.
Lunes 5 de junio: Alianza Francesa – Av Córdoba 946 – de 18:00 a 20:00.
Trailer (subtitulado al español)
Eternal Spring – Trailer – Subtítulos en español – YouTube
La película ha ganado 7 premios del público y 7 premios del gran jurado en reconocidos festivales de cine de todo el mundo, mientras que fue elegida por Canadá para representar al país en los premios Oscar para la categoría de “mejor película internacional”.
Una historia de fe y coraje
En Changchun, ciudad cuyo nombre en chino significa literalmente “primavera eterna”, también comenzó la difusión de Falun Dafa, conocida también como Falun Gong. Fue presentada por primera vez al público chino por su fundador, el Maestro Li Hongzhi, en el año 1992.
Pero en 1999, a pesar de la enorme popularidad de Falun Gong y de los elogios de las autoridades por su papel en su contribución de una sociedad mejor, el entonces líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Jiang Zemin, inició lo que preveía como una acción de tres meses para erradicar las enseñanzas de Falun Dafa del país.
Aunque no lo logró, para 2001, millones de practicantes de Falun Gong habían sido arrestados, mientras que miles de ellos aún acudían en masa a la plaza de Tiananmén para aclararle a las autoridades del PCCh y al público en general que la disciplina era un camino recto y que no creyeran en la campaña difamatoria del Partido.
La respuesta del PCCh fue intensificar los esfuerzos para, en palabras de Jiang, destruir la reputación de Falun Gong. El 23 de enero de 2001, cinco personas se autoinmolaron en la Plaza de Tiananmen en un incidente simulado que los medios estatales inmediatamente atribuyeron a la fe prohibida.
Sin embargo, en las enseñanzas de Falun Dafa se insta a vivir según los principios de verdad, benevolencia y tolerancia, y no es aceptable matar o suicidarse.
Mentiras y montajes como el engaño del “fuego falso” en Tiananmén fueron lo que motivó a Liang Zhenxing y otros practicantes de Falun Gong de Changchun a hacer algo que mostraría al pueblo chino la verdad de Falun Gong y cómo esta fe prohibida en China se había propagado a muchos lugares del mundo, cálidamente recibida tanto por sus principios como por los suaves ejercicios que refinan la energía del cuerpo y mejoran la salud.
En China, donde todos los medios están bajo la estricta vigilancia de las autoridades comunistas, obtener una visión sin censura de los acontecimientos actuales es muy difícil, más aún lo era hace 20 años atrás. Sin embargo, muchos creyentes estuvieron dispuestos a arriesgar sus vidas y su seguridad para hacer oír su voz, tal como los héroes de esta historia.
Si bien muchos residentes de Changchun aplaudieron la hazaña que Liang y sus ayudantes habían logrado, la celebración duró poco ya que la policía pronto localizó y sometió al grupo a torturas desgarradoras, mientras arrestaba a miles de personas en la ciudad.
Para 2010, todos los practicantes de Falun Gong que habían participado directamente en la operación -excepto uno- habían fallecido a manos de la policía. El único sobreviviente, ahora radicado en Seúl, pudo escapar y hoy brinda su testimonio sobre aquella época de terror.
Si bien pareciera ser algo que quedó atrás, estas violaciones a los derechos humanos y a la libertad religiosa aún continúan en China.
La página web Minghui.org reporta que -solo en marzo de 2023- 116 practicantes de Falun Gong fueron condenados por su fe.
Asimismo, continúan las denuncias por muertes o desapariciones bajo secuestro policial. Estas desapariciones están relacionadas con la sustracción forzada de órganos, un lucrativo negocio para las autoridades del PCCh.
Ethan Gutmann, investigador principal de la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo y coautor de obras históricas sobre el tema, «Cosecha sangrienta» y «La matanza», compartió durante el seminario web que cree que el PCCh puede estar atacando y matando a tantos como 50.000 víctimas de campos de concentración cada año para vender sus órganos.
Debido a que los practicantes de Falun Dafa son tan sanos, han sido un blanco para abastecer esta oscura y macabra industria.
Los practicantes de todo el mundo -tal como los creadores de Eternal Spring- recurren a diversos medios para generar conciencia sobre esta persecución, a la vez que brindan y transmiten esperanza sobre un futuro más optimista, fundando en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia.
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