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Ondas de terahercios: la misteriosa radiación de la vida

Published: 22 de abril de 2022
Los terahercios son las únicas ondas del espectro electromagnético que los físicos no han podido manipular. Este tipo de radiación podría revolucionar la tecnología y descubrir conexiones entre el cuerpo humano y la energía del Universo. (Imagen: geralt vía Pixabay)

Las ondas de terahercios son las ondas cuánticas que menos conocen los físicos en la actualidad. Situadas entre las frecuencias de microondas e infrarrojos del espectro electromagnético, las ondas de terahercios interactúan con el cuerpo humano y otros tipos de materia de una forma nunca vista en la historia de la ciencia.

Estas ondas son tan valiosas como difíciles de manipular. Durante décadas, ha sido imposible crear un dispositivo de consumo que pueda transmitir estas ondas. Sin embargo, motivados por el amplio abanico de posibles aplicaciones industriales, sociales y académicas de las ondas de terahercios, y su capacidad para mejorar la salud física y mental, muchos científicos están avanzando poco a poco en este campo.

¿Qué es el espectro electromagnético?

El espectro electromagnético abarca todas las frecuencias de radiación electromagnética conocidas por el hombre. Abarca desde las ondas de radio y las microondas hasta los rayos X y los rayos gamma. Salvo las ondas de la región de la luz visible, todas las frecuencias del espectro son invisibles para el ojo humano.

Las ondas de terahercios se encuentran entre las microondas y las regiones infrarrojas del espectro electromagnético (Imagen: Horst Frank a través de Wikimedia Creative Commons)

Las ondas de terahercios se sitúan más allá de la región roja del espectro visible, donde las longitudes de onda son cada vez más largas. Se ha demostrado que la frecuencia única de estas ondas se corresponde con la vibración de numerosas moléculas del cuerpo humano, como el ADN y las proteínas.

¿Qué hace que los terahercios sean tan especiales?

Las ondas de terahercios tienen la capacidad de penetrar a través de muchos materiales no metálicos y distinguir sus componentes. Si los científicos lograran dominar esta característica única, podrían desarrollarse nuevas herramientas para ver a través de la materia opaca, lo que nos permitiría, por ejemplo, discriminar entre medicamentos reales y falsos sin abrir la caja.

Otros usos potenciales de su cualidad de penetración son la estimación del grosor y la uniformidad de los revestimientos en las industrias automovilística y farmacéutica, así como la detección del movimiento molecular en las estructuras cristalinas.

Las tecnologías de la comunicación también podrían beneficiarse de las ondas de terahercios, ya que sus frecuencias podrían acelerar nuestra conexión Wi-Fi, que suele depender de microondas de menor frecuencia.

Y aún más convincente es su potencial para el uso biológico. Investigaciones recientes indican que los terahercios son capaces de interactuar con las biomacromoléculas debido a su proximidad en el rango de energía. Esto los hace idóneos para la creación de nuevas tecnologías biomédicas de detección e imagen que podrían mejorar los sistemas de detección del cáncer de piel y eliminar la dañina radiación ionizante típica de los rayos X.

Las propiedades ionizantes de los rayos X les permiten eliminar los electrones de los átomos y las moléculas. Esta alteración estructural puede causar daños y provocar cáncer. (Imagen: cottonbro vía Pexels)

Una piedra brillante con abundantes beneficios para la salud

Inspirados por la estrecha relación entre la frecuencia de los terahercios y la vibración de las moléculas del cuerpo humano, un grupo de científicos japoneses desarrolló la piedra de terahercios hace aproximadamente una década. Esta piedra preciosa fabricada por el hombre se producía extrayendo sílice de la arena o el cuarzo, y originalmente servía para proteger el cuerpo contra la contaminación electromagnética y las radiaciones nocivas.

Al generalizarse el uso de la piedra de color cromo en forma de pulseras, collares, tobilleras y colgantes, muchas personas han declarado haber experimentado mejoras físicas y mentales en el estado de la mente y el cuerpo.

Físicamente, se puede experimentar una mejora de la circulación sanguínea en virtud de la conductividad térmica de la piedra, lo que favorece el tratamiento de las manos y los pies fríos que son comunes con la hipotermia. Además, la similitud de la frecuencia de los terahercios con la de la red de enlaces de hidrógeno del agua ha demostrado que armoniza el cuerpo humano, dado que éste es un 70% agua.

Al igual que otras piedras preciosas, se cree que las piedras de terahercios restauran la energía del cuerpo, ya que sus vibraciones equilibran las energías yin y yang a través de los meridianos. Esta revitalización puede tratar el cansancio extremo y mejorar la movilidad.

También se puede experimentar una disminución del estrés y una mayor claridad mental. Se ha demostrado que las ondas de terahercios estimulan las cargas eléctricas de las células cerebrales, lo que hace que los dos hemisferios del cerebro trabajen de forma armoniosa y reduce la tendencia a pensar en exceso.

Las frecuencias de terahercios también tienen un significado espiritual. Su peculiar interacción con la materia orgánica y su abundante presencia en el universo han llevado a muchos a llamar a esta onda «radiación de vida». Se ha detectado tanto en el campo de energía de los maestros de qigong como en el campo de luz de una luna llena, lo que demuestra la naturaleza única de las ondas terahercios.

Los terahercios se pueden encontrar en el campo de los maestros de qigong. Arraigado en la tradición china, el qigong es un sistema de movimientos lentos y meditación con fines de salud y espiritualidad. (Imagen: pcdazero a través de Pixabay)

Un misterio sin resolver para los científicos

Aunque el ser humano ha sido capaz de obtener radiaciones de terahercios a partir de rocas y minerales, los científicos aún no han podido manipular fácilmente estas ondas. De hecho, la tecnología moderna puede enviar y recibir todas las ondas del espectro electromagnético excepto los terahercios.

Los nuevos avances en este campo de investigación prometen revolucionar la tecnología y descubrir la naturaleza metafísica de las ondas, cuya interacción única con el cuerpo humano ejemplifica nuestra conexión inherente con el vasto universo.