Durante una visita de estado de tres días a Beijing, el presidente bielorruso Lukashenko prometió apoyar a China en algunos puntos cruciales como los derechos humanos, Taiwán y Hong Kong a cambio de ayuda económica.
Durante la visita, que tuvo lugar del 28 de febrero al 2 de marzo, Xi afirmó que ambas partes anunciaron elevar las relaciones entre China y Bielorrusia a una asociación estratégica integral que abarque todos los climas.
La visita se produce en medio de preocupaciones en Occidente de que China podría proporcionar a Rusia armas y municiones para su operación militar en Ucrania.
Sin embargo, Lukashenko declaró que la reunión fue simplemente una de amistad mutua, no una con una agenda oculta.
“No hay temas prohibidos para nuestra cooperación. Cooperamos en todas las direcciones”, dijo Lukashenko. “Y lo principal es que nosotros, la República Popular China y Bielorrusia, nunca nos hemos propuesto el objetivo de ser amigos o trabajar contra terceros países, contra nadie”.
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Según Xinhua News, China y Bielorrusia también firmaron el miércoles una serie de documentos sobre cooperación bilateral en las áreas de industria, agricultura, ciencia y tecnología, salud, turismo y deportes.
El Parque Industrial China-Bielorrusia se centrará en la construcción conjunta de la Franja y la Ruta a través del Comité de Cooperación Intergubernamental China-Bielorrusia, que ambos países han establecido.
La promesa de guardar silencio sobre los derechos humanos
Ambos líderes también prometieron cooperar en una escala estratégica global y apoyarse mutuamente en la elección del camino de desarrollo.
O, como dijo Xi, China y Bielorrusia deberían apoyarse mutuamente para “salvaguardar sus propios intereses fundamentales, oponerse a la interferencia de fuerzas externas en los asuntos internos y salvaguardar la soberanía y la seguridad política de los dos países”.
Esto significa, en efecto, que Bielorrusia aceptó silenciar el dudoso papel de China en el tratamiento de la «pandemia» de Covid-19 y su flagrante desprecio de los derechos humanos de su propia población, y más aún de los uigures, los practicantes de Falun Gong, los cristianos, los tibetanos y los habitantes de Hong Kong.
“Condenamos las acciones destinadas a aumentar las tensiones en torno a Taiwán”, declaró Lukashenko.
“Bielorrusia siempre ha defendido el principio de Una China, ha promovido una solución pacífica y se ha opuesto firmemente a cualquier interferencia extranjera en los asuntos internos de la República Popular China”, agregó.
“Minsk ha apoyado y seguirá apoyando a Beijing en todos los temas delicados, incluidos los de Xinjiang, el Mar Meridional de China, Hong Kong y Taiwán”, dijo el presidente de Bielorrusia.
China, a su vez, elogió a Bielorrusia por su apoyo a la Iniciativa de Desarrollo Global y la Iniciativa de Seguridad Global y prometió reforzar la coordinación y cooperación con Bielorrusia en las Naciones Unidas y otras plataformas multilaterales.
Postura mutua sobre Ucrania
Los dos líderes también dieron su punto de vista sobre la crisis de Ucrania sobre la cual China presentó recientemente un plan de paz a Rusia y Ucrania para su revisión.
Tras señalar que el eje de la postura china en este conflicto es promover las negociaciones de paz, Xi afirmó que es primordial seguir el camino hacia el acuerdo político, dejando atrás toda mentalidad de Guerra Fría, observando las legítimas preocupaciones de seguridad de todos los países implicados, y construir una arquitectura de seguridad europea equilibrada, eficaz y sostenible.
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“Dada la inestabilidad y turbulencia de la situación internacional, China se inclina activamente a continuar realizando esfuerzos conjuntos con Bielorrusia para fortalecer la confianza política mutua y la cooperación práctica en aras del desarrollo dinámico, saludable y sostenible de las relaciones bilaterales”, dijo Xi.
Lukashenko dijo que la parte bielorrusa apoya plenamente la posición y la propuesta de China para la solución política de la crisis de Ucrania.
Lukashenko también es un aliado incondicional del presidente ruso, Vladimir Putin. Permitió que las tropas rusas pasaran por su territorio e invadieran el continente ucraniano en su impulso inicial por la capital de Kiev en febrero de 2022.
Sin embargo, el presidente bielorruso ha reiterado repetidamente que no permitirá que su país se vea envuelto en el conflicto a menos que sea en un escenario de amenaza directa desde el extranjero.
Reuters contribuyó a este artículo.
