El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, realizó otra grave denuncia el domingo 12 de junio cuando afirmó que las pandillas salvadoreñas «intentarían evolucionar en una guerrilla» con el fin de convertirse en partidos políticos, en un plan con el que «la OEA [Organización de Estados Americanos] estuvo de acuerdo».
Según denunció Bukele en Twitter, documentos filtrados revelaron que ese plan habría sido propuesto por Raúl Mijango (un antiguo guerrillero considerado mediador en la tregua de las guerrillas de 2011 y que en 2018 fue condenado a 13 años de cárcel por extorsión) al Gobierno de Mauricio Funes (2009-2014) y aceptado por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Cabe destacar que el FLMN es un partido de izquierda nacido de varias organizaciones político-guerrilleras que participaron en la guerra civil entre 1980 y 1992 por el que Funes se presentó a la Presidencia. Asimismo Bukele estuvo en sus filas durante al menos 6 años hasta que fue expulsado del mismo en 2017 por diferencias irreconciliables con el partido. Por eso muchos le reprochan a Bukele haber pasado de un partido de extrema izquierda a uno de derecha, hasta convertirse en presidente por ese último partido.
Continuando con su denuncia en Twitter, Bukele afirma que ese es el motivo por el que las pandillas recibieron armas y entrenamiento militar en los polígonos de tiro durante el tiempo en que se consideró la propuesta de convertirlas en guerrillas. Esta información del entrenamiento incluso llegó hasta reportarse en algunos medios de comunicación.
Asimismo afirma que existen documentos de inteligencia que reflejan todo el proyecto, «con el fin de llevar a una segunda falsa negociación de paz y convertir a las pandillas en un partido político».
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De acuerdo a lo que denuncia Bukele, la pandilla más temida del mundo como es la Mara Salvatrucha (MS-13) podría haberse convertido en un partido político, tal como sucedió en Colombia con las guerrillas de las FARC.
El periodista salvadoreño Paolo Lüers habría sido el encargado de convencer al partido conservador Alianza Republicana Nacional (ARENA), que tuvo la presidencia del país desde 1989 hasta 2009, mientras que la OEA había estado de acuerdo con este plan, según Bukele.
Esta no es la primera vez que el jefe de Estado salvadoreño crítica al organismo globalista.
El viernes, Bukele publicó en su cuenta de Twitter que la OEA “ya no tiene ninguna razón de ser”.
En junio pasado, Bukele anunció la ruptura de un acuerdo con la OEA que daba vida a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (Cicies), una promesa de campaña.
“Hemos decidido que como Presidencia también vamos a romper nuestro convenio con la OEA-Cicies porque es un despropósito completo que estemos tratando de combatir la impunidad con precisamente las personas que están promoviendo la impunidad en El Salvador”, dijo Bukele en su momento en una conferencia de prensa.
Esta ruptura se dio después de que se conociera el anuncio del secretario general de la OEA, Luis Almagro, de tener como asesor al exalcalde de San Salvador Ernesto Muyshondt, procesado penalmente en El Salvador.
En esa ocasión, Bukele aseveró que “ya no se puede confiar en la OEA” porque está “promoviendo una agenda política” y había un “otorgamiento de impunidad a un criminal”, en alusión a Muyshondt.
Bukele y su guerra contra las pandillas
El Salvador se encuentra bajo un régimen de excepción aprobado a finales de marzo y extendido dos veces por el Congreso tras una escalada de homicidios a manos de pandillas que se cobró la vida de 87 personas en tres días.
Como parte de la guerra contra las pandillas, en las últimas semanas la Policía Nacional Civil y el Ejército salvadoreño han desmantelado alrededor de 100 campamentos clandestinos en los que, además de hacer capturas, se han decomisado armas, drogas y dinero producto de las extorsiones, según datos oficiales.