Las protestas contra los pasaportes sanitarios son cada vez más recurrentes en las principales ciudades del mundo.
En el caso de Argentina, miles de ciudadanos convocados a través de las redes sociales, se reunieron en las proximidades del Obelisco de Buenos Aires para rechazar el pase sanitario que está a punto de implementar el gobierno argentino con el fin de impulsar la vacunación contra el Covid-19.
Por ahora, las provincias norteñas de Salta y Tucumán tienen implementada la medida y la provincia de Buenos Aires anunció que el pase entrará en vigor a partir del 21 de diciembre. El pase requiere que ciertos lugares como cines, teatros y restaurantes exijan un certificado de vacunación para poder ingresar.
A su vez, el gobierno nacional anunció este domingo que implementará para todo el país un pase sanitario para eventos masivos a partir del 1 de enero.
La ciudadanía no tardó en reaccionar para expresar su inconformidad y salieron a las calles agitando banderas argentinas al grito de “Libertad”.
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Los medios convencionales de Argentina no se hicieron eco de la convocatoria y casi ningún medio cubrió las manifestaciones.
Los autoconvocados venían de grupos bastante heterogéneos, pertenecían a distintos estratos de la sociedad y se organizaron sin el apoyo de un partido político ni dirigente. También se veían muchas familias.
En Twitter, el hashtag #NoAlPaseSanitario fue tendencia durante todo el sábado.
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“Termómetro social”
La semana pasada, uno de los programas políticos más vistos de Argentina llamado “Intratables” lanzó una encuesta en vivo para saber cuál era la opinión de la gente sobre el pase sanitario obligatorio.
El resultado sorprendió incluso hasta a los mismos animadores del programa, quienes se esfuerzan por “concientizar” sobre la vacunación obligatoria.
Casi un 80% de las personas votaron en contra de la medida.
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¿Cómo justifican el pase sanitario?
Luego de la aparición en Sudáfrica de la nueva variante Ómicron, los gobiernos de todo el mundo comenzaron a implementar nuevamente restricciones y pasaportes sanitarios.
Sin embargo, se ha demostrado que la nueva cepa no es más letal que las anteriores y, por lo tanto, no serían necesarias más medidas que restrinjan las libertades individuales de las personas y socaven las economías del mundo.
La doctora sudafricana Angelique Coetzee, presidente de la Asociación Médica Sudafricana -quien fue una de las primeras en detectar la variante Ómicron- echó paños fríos sobre el asunto y le dijo recientemente a Reuters que los pacientes tenían síntomas diferentes a los de la variante delta dominante, aunque «muy leves» y que podían tratarse en casa.
A su vez, tampoco se puede justificar la medida diciendo que los hospitales argentinos están saturados, ya que eso tampoco parece ser la verdad.
Recientemente, el Dr. Ignacio Previgliano, director del Hospital Fernández, uno de los nosocomios más importantes de la Ciudad de Buenos Aires, fue entrevistado y declaró que tienen 0 (cero) pacientes en terapia intensiva por Covid.
Por otro lado, tampoco se puede justificar la medida diciendo que las vacunas detienen los contagios, porque está comprobado que no es así. Una persona vacunada puede contagiar tanto como una no vacunada.
Recientemente se conoció la noticia de que más de 40 personas dieron positivo en la prueba de COVID-19 después de asistir a una fiesta de cumpleaños en un restaurante de Windsor, Ontario, que estaba “protegido” por pasaporte sanitario.
Cabe preguntarse entonces, por qué insistir tanto con el pase sanitario, más aún cuando más de la mitad de la población adulta ya ha sido inoculada.
