La turbulencia financiera en China ha alcanzado su punto culminante con la situación de Evergrande Group. Esta compañía, que alguna vez fue el principal desarrollador inmobiliario de China, enfrenta una deuda de más de $300.000 millones, lo que la llevó a solicitar protección por bancarrota en Estados Unidos. Esta solicitud, realizada bajo el Capítulo 15 en Nueva York, responde a la necesidad de abordar insolvencias con impacto en múltiples países.
La crisis de deuda del sector, que comenzó a mediados de 2021, ha visto a empresas que representan el 40% de las ventas de viviendas en China incumplir sus obligaciones. Country Garden, el mayor desarrollador privado de China, también ha generado preocupaciones entre los inversores debido a problemas financieros recientes.
A pesar de los desafíos, Evergrande ha propuesto un plan de reestructuración, ofreciendo a los acreedores la Beijing posibilidad de cambiar su deuda por nuevas notas o acciones de sus filiales. Las políticas restrictivas de desde 2020 han exacerbado la situación, aunque recientemente han intentado brindar apoyo al sector. La incertidumbre persiste y el futuro del mercado inmobiliario chino sigue siendo una incógnita.
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