La última vez que Lionel Messi visitó China fue en 2017, cuando llevaba puesta la camiseta del Barcelona. Ahora, el crack argentino está de nuevo en ese país con la selección nacional y su presencia ha acaparado la atención durante días. En las calles de Beijing, se escuchan los gritos de cientos de aficionados: «¡Messi, Messi!» Los seguidores se pueden ver por todas partes, fácilmente reconocibles con la camiseta albiceleste y el número 10 en la espalda.
En estos días, Messi y su equipo han experimentado una enorme presión por parte de la multitud de fanáticos chinos que han estado siguiendo a Messi desde su llegada a Beijing. La locura fue tal que incluso se vio a Lionel Scaloni, el entrenador, preocupado en el vestíbulo del hotel, discutiendo con miembros del equipo que era imposible salir a entrenar debido a la gran cantidad de fanáticos que se encontraban afuera.
En los últimos días, el capitán del equipo nacional se ha convertido en el tema más popular en la red social china Weibo, y las entradas para el partido de hoy (15 de junio), con un valor de 670 dólares, se agotaron en tan solo 20 minutos. Esto significa que el Estadio de los Trabajadores de Beijing, con capacidad para 68,000 espectadores, estará completamente lleno.
«Queremos ver a Messi sin importar qué. Es una oportunidad única», repiten los seguidores. El partido contra Australia marca el regreso del fútbol internacional a China después de tres años de restricciones sanitarias debido al COVID-19, una situación que dejó los estadios vacíos y provocó la cancelación de numerosas competiciones deportivas.
La pasión que despierta el nuevo jugador del Inter Miami es tan intensa que en las últimas horas han aparecido «oportunistas» que intentan estafar a la gente. Las autoridades chinas han emitido una advertencia sobre falsas ofertas de cenas con Messi a cambio de 42,000 dólares por persona.
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Por otro lado cabe destacar que, desde hace años, el partido comunista chino quiere seducir y comprar a Messi. En 2020, se conoció la noticia de que Xi Jinping habría dado el aval para llevar a cabo el «proyecto Messi» y, de esta manera, quedarse con los servicios del crack argentino.
Lo que no se vio de la llegada de Messi
En el arribo del 10 de junio a Beijing, las autoridades de migración demoraron unas horas al capitán argentino por un inconveniente con su pasaporte. Messi y su equipo que lo acompañaba se mostraron incómodos porque no entendían lo que sucedía.
Messi no contaba con un documento requerido, pues creyó que no lo necesitaba y que bastaría con su pasaporte comunitario español, que lo deja entrar a otros países como Taiwán. La estrella pensó que Taiwán pertenecía a China, pero las autoridades le facilitaron una visa de emergencia y solo fueron un par de horas las que estuvo retenido.
Luego de aclarado el tema, un autobús se encargó de llevar a destino al plantel futbolístico. Por supuesto, les van a hacer ver lo que ellos quieren que vean. El Partido comunista chino tiene una “fachada” muy buena organizada para turistas y celebridades que los visitan, que nada tiene que ver con la realidad que se vive en el pueblo ni con los lugares oscuros donde se encierran a millones de disidentes o prisioneros de conciencia para trabajo forzado y otros abusos peores.
