El 1 de marzo, después de 945 días, la ciudad de Hong Kong finalizó su mandato de uso de mascarillas, deteniendo una de las restricciones de COVID-19 más grandes del mundo.
Con la situación aparentemente volviendo a la “normalidad”, el gobierno espera abrir sus puertas una vez más, incluso cuando el público continúa siendo cauteloso.
No más mandatos
El líder de la ciudad, John Lee, dijo que el virus ha sido domesticado “sin grandes signos de recuperación”. Hong Kong estuvo bajo el mandato desde julio de 2020.
En ese entonces, el mandato dictaminaba que todos los mayores de dos años debían usar una máscara en casi todos los lugares públicos, en interiores y exteriores. Aquellos que desafiaran la regla serían multados con hasta 5.000 dólares de Hong Kong (640 dólares estadounidenses).
“La evidencia muestra que el coronavirus está bajo control en Hong Kong, sin grandes signos de recuperación”, dijo Lee en una conferencia de prensa el 28 de febrero, informó el New York Times.
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A partir del 1 de marzo, las personas en Hong Kong estarán libres del mandato, ya no se les exigirá que usen máscaras en interiores, exteriores o en el transporte público. Sin embargo, los lugares de alto riesgo, como hospitales y hogares de ancianos, tienen la opción de hacer cumplir sus propias reglas sobre el uso de mascarillas.
Las escuelas primarias y secundarias aún deben realizar pruebas de salud diarias para COVID-19, pero esta medida también puede levantarse a finales de este mes.
Muchos aplaudieron el levantamiento del mandato de las máscaras, agradecidos de poder quitarse las máscaras por fin. Durante mucho tiempo habían creído que las restricciones eran mortales para sus medios de vida, y la reputación de la ciudad como centro de finanzas y turismo se rompió.
“Con la eliminación del mandato de las máscaras, Hong Kong volverá a la normalidad en general, y este año y el próximo hará todo lo posible por la economía y el desarrollo a toda velocidad”, dijo Lee.
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La ciudad anunció recientemente que regalará medio millón de boletos de avión para atraer visitantes extranjeros, a medida que se eliminen más restricciones.
“Todos pueden mostrar sus sonrisas y decir: ‘Hola, Hong Kong’”, dijo el secretario de Salud, Chung-mau Lo, refiriéndose al nuevo eslogan de turismo de Hong Kong.
Sin embargo, los medios locales informaron que muchas personas todavía parecen usarlos, presumiblemente por precaución, escribió la BBC. Algunos incluso se opusieron a la apertura “repentina”, aún críticos con el manejo desordenado de las políticas de pandemia en el pasado.
“La máscara es como una parte de mi cuerpo”, dijo un residente local, simplemente conocido como Chan, a Channel News Asia (CNA). “Si dejo de usarla, me costará un poco acostumbrarme”.
Un virólogo clínico de la Universidad de Hong Kong, Siddharth Sridhar, dijo que, a pesar de la eficacia de las máscaras, muchas personas todavía se las quitan en casa y en restaurantes llenos de gente.
“Las personas merecen elegir en términos de cómo se protegen, y lo han estado haciendo desde los primeros días de la pandemia, y seguirán haciéndolo”, dijo.
Hong Kong y Macao han estado siguiendo la política de cero COVID del Partido Comunista Chino (PCCh) durante los últimos tres años, pero el primero había comenzado a suavizar las reglas el año pasado, incluso cuando se mantuvieron las máscaras.
Otras restricciones en Hong Kong incluyeron reglas de cuarentena, limitaciones de reunión en lugares públicos y restricciones de visitas en hogares de ancianos. También se colocaron prohibiciones de vuelo como parte del control de COVID-19.
A pesar de las fuertes medidas implementadas, miles fallecieron por la variante Ómicron en 2022; principalmente de la tercera edad.
En otras partes de Asia, todavía se requiere el uso de máscaras, aunque Japón anunció el 13 de marzo que comenzará a relajar sus recomendaciones de máscaras solo para pasajeros en trenes y autobuses durante las horas pico o si el transporte está lleno.
