Tras una votación clave en la Naciones Unidas, este martes 11 de octubre Venezuela perdió su esaño en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Su intento de reelección por América Latina fracasó y finalmente estará representada por Chile y Costa Rica.
Catorce de los 47 asientos de este órgano de la ONU -con sede en Ginebra- estaban en juego en una votación en la que los países se presentan divididos por regiones, pero el voto es emitido por el conjunto de la Asamblea General de la ONU.
América Latina tenía dos escaños libres y en general cada grupo regional preselecciona sus candidatos, que luego son elegidos por la mayoría de la asamblea.
En este caso, tres países del bloque se presentaron y en la votación secreta Chile obtuvo 144 votos, Costa Rica 134 y Venezuela 88.
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Varias organizaciones no gubernamentales habían llamado a no votar por Venezuela por el historial de represión del régimen de Nicolás Maduro.
Una de ellas fue la ONG UN Watch quien indicó que elegir a Venezuela supondría “dar una bofetada a los millones de venezolanos que sufren de abusos de los derechos humanos y a los millones más que se vieron obligados a huir de este Estado fallido”.
China y Cuba aún siguen, pero esto puede cambiar
Los 47 integrantes de este consejo dentro de la ONU mantienen sus asientos durante un periodo de dos años. Según esta disposición, a los regímenes comunistas de China y Cuba se les vencería su plazo en 2023.
En el caso del régimen chino, hay muchísima evidencia de abusos sistemáticos, principalmente hacia disidentes y creyentes. Un informe publicado el 31 de marzo destaca la persecución, la supresión y los abusos que el Partido Comunista chino (PCCh) lleva a cabo contra los presos de conciencia y otras minorías religiosas, principalmente a los uigures y a practicantes de la disciplina espiritual Falun Dafa.
El informe señalaba que el PCCh seguía esforzándose por «consolidar su control sobre la identidad cultural y religiosa de los grupos étnicos minoritarios del país», a pesar de que esto «contradice la Ley de Autonomía Étnica Regional de la RPC [República Popular China] y el derecho internacional».
Bajo el PCCh, la cultura china se reinterpreta según las líneas de su marxismo-leninismo ateo.
Por otro lado está Cuba, cuya población sigue sometida a una precaria calidad de vida, hay cientos de presos políticos, persecución a disidentes y más recientemente continuos apagones que desmejoran aún más las terribles condiciones de vida los cubanos.
La ONU está llena de contradicciones y paradojas. Una de estas es que sin mayores objeciones dejó pasar que Corea del Norte asumiera durante junio pasado la presidencia de la Conferencia de Desarme.
En este sentido, que el régimen más sangriento de la historia como lo es el régimen chino integre el Consejo de Derechos humanos de la ONU es como poner un lobo a cuidar a las ovejas.
