El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, firmó una controvertida legislación durante el fin de semana que autoriza el “reducción” de restos humanos para abonar el suelo.
La ya promulgada ley, permitirá que el material derivado de los cuerpos descompuestos sea vendido y utilizado para cultivar alimentos para el consumo humano, según informó la SFGATE.
El gobernador Newsom, un católico autoproclamado que ha recibido críticas generalizadas de los conservadores por su postura de extrema izquierda en temas como el aborto e ideología de género, firmó el proyecto de ley el domingo 18 de septiembre, sin hacer ningún comentario público.
La Ley de Cementerios y Funerales (AB 351) implementará métodos regulatorios para que el estado apruebe las llamadas «instalaciones de reducción», en las que los cuerpos humanos muertos se descomponen aceleradamente, en un proceso no muy diferente a un sistema de compostaje doméstico. Se prevé que la medida entrará en vigencia en enero de 2027.
California se ha convertido en el quinto estado en legalizar la práctica, uniéndose a otros estados de la costa oeste, Oregón y Washington, junto con Colorado y Vermont, todos ellos demócratas y progresistas, a excepción de Vermont que cuenta con un gobernador republicano.
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Life Site News señaló que la ley de California se aleja de la de Colorado en el sentido de que no prohíbe la venta de restos humanos convertidos en abono ni el uso del «suelo» para cultivar frutas y verduras para el consumo humano.
La asambleísta demócrata Cristina García, autora del proyecto de ley, dijo en junio que la legislación estaba destinada a ayudar a abordar «el cambio climático y el aumento del nivel del mar» al brindarles a los residentes de California «un método alternativo de disposición final que no contribuirá a las emisiones a nuestra atmósfera».
En este sentido, dijo que dado que “los árboles son importantes frenos de carbono para el medio ambiente”, espera “continuar con mi legado de luchar por el aire limpio usando mis restos reducidos para plantar un árbol”.
La práctica de descomponer aceleradamente los restos de seres humanos para enriquecer el suelo se conoce con el eufemismo de Reducción Orgánica Natural (NOR).
Nuestras élites gubernamentales, corporativas y mediáticas han brindado cobertura a estas actividades que rebajan al ser humano.
Hoy, se nos dice que las únicas cosas que existen son las que podemos ver, tocar y medir. Nada existe más allá. Lo único que se considera (más o menos) “trascendente” es la ciencia.
Sin embargo, en el nombre de la ciencia y el materialismo, estamos cada vez más cerca de la deshumanización. Por ejemplo, los científicos han combinado genes humanos y de monos, o están haciendo experimentos transhumanistas para implantar chips en las personas.
Como reflexión, podemos decir que la ciencia, en vez de estar al servicio del hombre, se ha convertido en una «religión» que la gente sigue y venera, con fe ciega.