El verano de 2022 ha sido inusual en China. Mientras que el sur de China sufre temperaturas extremadamente altas y un calor abrasador, la región de las montañas de Changbai, en el noreste del país, recibió una fuerte nevada el 26 de agosto, dejando un manto blanco por todas partes.
Los lugareños dijeron que «lo que era una escena de verano un día antes se había convertido en invierno durante la noche».
Casi al mismo tiempo, también nevó en Tianjin, una ciudad del norte de China.
En los últimos dos meses, cientos de ciudades chinas han experimentado altas temperaturas por encima de los 40 grados, 66 ríos se han secado y los niveles de agua en partes de la cuenca del río Yangtze han descendido a su punto más bajo en 157 años.
Todas las anomalías que se acaban de mencionar y que se produjeron en China este verano pueden ser consideradas por mucha gente como clima extremo, o fenómenos naturales.
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Pero en la cultura tradicional china, las anomalías se toman muy en serio, ya que esta antigua civilización cree que la naturaleza daría recordatorios a los seres humanos y mostraría diferentes signos correspondientes al ascenso o la caída de la moral humana en la sociedad.
