Después de un recrudecimiento de las manifestaciones contra el mandato de la pandemia en Wellington durante el fin de semana, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, sugirió que los miles de manifestantes fueron «importados» del extranjero.
La policía de Wellington arrestó a 122 personas el pasado jueves 10 de febrero, luego de que cientos de manifestantes y camiones se presentaran en la capital alrededor del Parlamento de Nueva Zelanda. Durante el fin de semana, la multitud aumentó a más de 3000 personas, y cientos permanecieron acampados alrededor de la legislatura hasta el lunes 14 de febrero.
Las protestas se inspiran en el movimiento Freedom Convoy que se ha extendido por Canadá en las últimas semanas después de que miles de camioneros decidieran expresar su oposición a las estrictas medidas implementadas en Ottawa en respuesta al COVID-19.
“Me parece una protesta importada”, dijo Ardern en una entrevista con la estatal TVNZ el lunes, y señaló la presencia de “banderas de Trump” y la bandera de la hoja de arce canadiense que sostenían algunos manifestantes en la explanada del Parlamento.
Los comentarios de Ardern le valieron una burla rápida. Un usuario de Twitter con el nombre de Jen’s Ghost escribió:
“¿Como si la gente de Nueva Zelanda nunca se levantaría o iría en contra de sus órdenes? ¿Como si no pensaran por sí mismos sino que simplemente copiaran a otros?
Protestas pacíficas en Nueva Zelanda
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Las imágenes de las protestas sugieren una participación diversa entre los participantes, con muchos manifestantes no blancos haciendo señas de la etnia indígena maorí.
Las protestas se han mantenido pacíficas; los detenidos por la policía fueron acusados de allanamiento y obstrucción, no de delitos violentos. Sin embargo, el video tomado en las escenas en los últimos días muestra a los policías golpeando y maltratando a los manifestantes.
Ardern también calificó la asamblea de “intimidación y hostigamiento de la gente” en la capital, alegando que las protestas ya no se trataban de expresar un punto de vista debido a la obstrucción que causaron en Wellington.
“Tengo una opinión muy clara sobre los manifestantes y la forma en que han llevado a cabo su protesta”, dijo. “Eso no se puede tolerar”.
Un video que se volvió viral la semana pasada muestra a una mujer desnuda siendo arrastrada por el suelo y volteada boca abajo por varios policías, uno de los cuales se sienta sobre ella antes de esposarla.
Similar a los eventos en Canadá, los manifestantes en Nueva Zelanda, donde el 77 por ciento de la población está vacunada, se oponen principalmente al manejo de la pandemia por parte del gobierno, que ha incluido medidas autoritarias como encerrar a los ciudadanos en campamentos de cuarentena, cerrar fronteras y bloqueos estrictos que interrumpen los negocios, la educación y la vida diaria.
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