El tenista número uno del mundo, Novak Djokovic, declaró que está dispuesto a sacrificar más trofeos, incluso en Wimbledon y el Abierto de Francia, si los organizadores del torneo insisten en que se vacune contra el COVID-19 para competir.
Después de semanas de rumores que decían que Djokovic se había vacunado luego de que Rafael Nadal ganara el Abierto de Australia, el tenista serbio aseguró que no es así y que no está vacunado y -de acuerdo a lo que él expresa- no considera hacerlo por el momento.
El 15 de febrero, Djokovic dio su primera entrevista desde que fue deportado de Australia y se le prohibió defender su título del Abierto y aclaró que no estaba en contra de las vacunas, pero que creía que debería tratarse de una elección de cada individuo.
Asimismo el jugador aseguró que estaría dispuesto a sacrificar otros torneos como el de Wimbledon o el de Roland Garrós. Cuando se le preguntó específicamente sobre esto el tenista contestó: “Sí, ese es el precio que estoy dispuesto a pagar”.
“Entiendo las consecuencias de mi decisión, y una de las consecuencias de mi decisión fue no ir a Australia, y estaba preparado para no ir, y entiendo que al no estar vacunado hoy, no puedo viajar a la mayoría de los torneos en este momento”, dijo en una entrevista con la cadena británica BBC.
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Argumentando sobre su decisión de no vacunarse, dijo que al ser un atleta de élite, para él la nutrición y las decisiones sobre su cuerpo son más importantes que cualquier otra cosa, incluso el podio.
“Porque los principios de toma de decisiones sobre mi cuerpo son más importantes que cualquier título o cualquier otra cosa. Estoy tratando de estar en sintonía con mi cuerpo tanto como me sea posible”, expresó con convicción.
El tenista de 34 años dijo que esperaba que cambiaran los requisitos de vacunación en ciertos torneos, y agregó que esperaba que «pueda jugar por muchos años más».
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Novak tuiteó después de mucho tiempo agradeciendo la posibilidad de ser entrevistado y aclarar las cosas.
Djokovic habla sobre su deportación de Australia
Respecto a su deportación de Australia, Djokovic dijo que nunca se consideró por encima de las reglas.
“Estoy de acuerdo en que no debería haber reglas especiales, nunca usé mi estatus privilegiado para entrar a Australia por la fuerza, así que me trataron como a cualquier otra persona”, dijo.
Cuando se le preguntó cuál sería su mensaje para los australianos comunes que habían sufrido bloqueos, dijo que entendía la frustración de la nación.
“Australia ha pasado por uno de los bloqueos más severos que hemos tenido desde el comienzo de la pandemia”, dijo. “Así que solo puedo imaginar lo difícil que fue para los australianos y simpatizo, empatizo con toda la gente. Y puedo entender que hubo muchas frustraciones del pueblo australiano hacia mí y hacia toda la situación y la forma en que se manejó, y lo entiendo”.
Asimismo rechazó las acusaciones de que había falsificado una prueba de PCR que mostraba que dio positivo por el virus a mediados de diciembre para reclamar una exención médica para ingresar a Australia sobre la base de que el momento de su segunda infección le impedía recibir la vacuna.
“Me tomo muy, muy en serio el Covid, les aseguro que me estaba haciendo las pruebas PCR como cualquier otra persona, nunca usé mi condición de privilegiado en este país ni en ningún otro país”, dijo.
El serbio dijo que nunca había dicho que era parte del movimiento antivacunas y afirmó que nadie durante toda la saga australiana le preguntó su opinión sobre la vacunación.
“Solo puedo imaginar lo difícil que fue para los australianos y simpatizo, empatizo con toda la gente”.
