Un grupo de derechos de los animales usó la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés) para descubrir una serie de experimentos que costaron 2,3 millones de dólares en los que se inyectó cocaína a cachorros Beagle, un acto que el grupo consideró «cruel» y «despilfarro».
White Coat Waste Project (WCW) expuso los hallazgos en su sitio web el 30 de enero de dos estudios realizados en cachorros beagle en nombre del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Según su sitio web, WCW es un grupo de vigilancia con sede en Washington, DC, que se opone a que los contribuyentes paguen más de 20 mil millones de dólares cada año por “experimentos crueles y derrochadores en animales”.
WCW descubrió dos estudios. Uno, que se desarrolló entre septiembre de 2020 y septiembre de 2021, involucró a siete cachorros de 6 meses. El otro se desarrolló entre marzo de 2020 y marzo de 2021 con otros seis beagles.
Cachorros continuamente drogados
En ambos casos, los cachorros fueron atados con una chaqueta que permitió a los investigadores inyectar a los animales por vía intravenosa a través de una sonda oral con narcóticos, principalmente cocaína, junto con un «compuesto experimental» para ver cómo reaccionarían los perros, si mostraban «reacciones adversas» y cómo las drogas interactuarían entre sí.
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Además, los investigadores operaron a los beagles para implantar una «unidad de telemetría» para monitorear varios procesos fisiológicos durante experimentos que duraron meses.
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Las pruebas fueron filmadas con fines de revisión. Aún se desconoce por qué el experimento tuvo que realizarse dos veces, o mejor aún, por qué tuvo que realizarse en primer lugar.
Al final, después de que concluyeran todos los experimentos, los sabuesos de coca serían «reciclados», es decir, utilizados para otros experimentos igualmente tortuosos, o «eutanasiados», según los documentos.
Experimentos vinculados a la FDA
Según la WCW, la verborrea en los informes señaló que los hallazgos «pueden ser presentados por el NIDA a la FDA», aunque, como comentó el grupo, la «FDA ha dicho que no requiere que los medicamentos se prueben en perros».
Las pruebas fueron contratadas a SRI International, la infame institución de investigación que el año pasado gastó 1,68 millones de dólares a instancias del director del NIAID, Anthony Fauci, para inyectar o alimentar a la fuerza a 44 cachorros de beagle con fármacos experimentales, al tiempo que descortezaba a los animales quitándoles las cuerdas vocales, según informó el Daily Caller basándose en una investigación anterior de WCW.
Según documentos también obtenidos a través de la FOIA, “la división NIH de Fauci pagó para cortar las cuerdas vocales de los cachorros para que no pudieran ladrar en el laboratorio mientras estaban siendo abusados”, atestiguó WCW.
En un tercer estudio de 800.000 dólares financiado por NIH, los animales fueron infestados con moscas infectadas para atacarlos con parásitos, informó el grupo.
SRI International, a su vez, transfirió la orden a Charles River Laboratories, la notoria institución de pruebas de laboratorio con animales que alberga a los monos de Morgan Island, atestiguó el grupo.
