El mercado inmobiliario de la China comunista ha estado descendiendo durante los últimos meses, agobiado por los desarrolladores que no pueden pagar los préstamos, las estrictas políticas regulatorias y las menores ventas. Según un informe reciente de Fitch Ratings, hasta un tercio de los 40 desarrolladores inmobiliarios chinos que han sido calificados por la agencia podrían tener una escasez de efectivo si sus ventas en 2022 disminuyen en un 30 por ciento.
Si las ventas de viviendas caen solo un 15 por ciento, el 13 por ciento de los desarrolladores todavía estarán en apuros de efectivo. Cuanto más dure la tensión financiera sobre los desarrolladores chinos, mayor será el riesgo de perder la confianza del consumidor, advirtió Fitch en el informe.
En noviembre, los precios de las viviendas nuevas habían caído un 0,3 por ciento en comparación con el mes anterior, que fue la mayor caída desde febrero de 2015. El valor de las viviendas cayó un 16,31 por ciento en el mes en comparación con noviembre del año pasado. Este fue el quinto mes consecutivo de tal caída.
La crisis de la deuda inmobiliaria en China se ha agravado por el hecho de que algunos desarrolladores aún no han revelado sus cifras reales de deuda. En cambio, están publicando niveles de deuda más bajos. En octubre, Fitch destacó el ejemplo del desarrollador Fantasia que no reveló un vínculo privado.
«Algunos créditos en dificultades en los últimos meses también han arrojado dudas sobre la transparencia de las divulgaciones de las empresas y los pasivos contingentes… La aparición de ‘deuda privada oculta’ agrava las tensiones de liquidez, en particular para los desarrolladores con calificaciones más bajas con grandes vencimientos de bonos próximos», detalló el informe.
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Una de las principales razones de la crisis de la deuda en el sector inmobiliario de China este año es la crisis de liquidez provocada por las estrictas regulaciones de Beijing sobre el sector.
El régimen ha reducido ligeramente las restricciones de financiación en un intento por apoyar a la industria inmobiliaria. Sin embargo, según Wang Menghui, jefe del Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural, Beijing aún no tiene interés en cambiar su postura.
“El acceso al financiamiento seguirá siendo limitado durante los próximos 6-12 meses debido a regulaciones más estrictas y una mayor aversión al riesgo derivada de las dificultades financieras de China Evergrande y los incumplimientos de varios otros promotores inmobiliarios”, informó la agencia de calificación Moody’s el 1 de diciembre.
Solo si el gobierno flexibiliza sus regulaciones puede mejorar el acceso a la financiación para los desarrolladores inmobiliarios de China, afirmó la agencia. Moody’s predice que las ventas de viviendas en China se contraerán entre un cinco y un diez por ciento para 2022, lo que es peor que la estimación anterior de la agencia de una disminución del cero al cinco por ciento.
En el primer trimestre de 2022, los desarrolladores chinos deben pagar 19,8 mil millones de dólares en bonos denominados en dólares con vencimiento. En el segundo trimestre, vencerán bonos por valor de 18.500 millones de dólares.