El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) con sede en Washington declaró que una gran flota de buques operados por la milicia marítima china ha estado patrullando las Islas Spratly durante bastante tiempo. Según los informes, estas unidades trabajan en conjunto con el gobierno chino o son financiadas por él.
“Desde que completó la construcción de sus puestos de avanzada en islas artificiales en las Islas Spratly en 2016, China ha cambiado su enfoque hacia afirmar el control sobre las actividades en tiempos de paz en el Mar de China Meridional. Un componente clave de este cambio ha sido la expansión de la milicia marítima de China, una fuerza de embarcaciones aparentemente dedicadas a la pesca comercial, pero que de hecho operan junto con las fuerzas del orden y las fuerzas armadas chinas para lograr los objetivos políticos chinos en aguas en disputa”, afirma el informe.
Ubicadas en el Mar de China Meridional, las Islas Spratly son reclamadas por múltiples naciones, como Taiwán, Malasia, Vietnam y Filipinas. La China comunista ha estado trabajando constantemente para arrebatar el control de la región mediante la construcción de islas artificiales que tienen pistas de aterrizaje, puertos protegidos y otros componentes estratégicos de infraestructura militar.
Según el informe del CSIS, los orígenes de la milicia marítima china se remontan a la década de 1950, cuando la China comunista estaba implementando sus operaciones de defensa costera. Después de que China tomó el control de las Islas Paracel de Vietnam, el gobierno ha estado apoyando a la milicia a través de subsidios al combustible y subsidios para la construcción y reparación de embarcaciones que operan en el Mar de China Meridional.
Desde entonces, la milicia ha seguido creciendo en tamaño con el apoyo continuo de Beijing. Esta desempeña un papel crucial en la agenda del régimen chino para expandir sus reclamos territoriales y marítimos. La fuerza de la milicia utiliza barcos de pesca para amenazar y aterrorizar a otras naciones que reclaman su participación en las aguas debatidas.
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El informe del CSIS cita ejemplos de la década de 2000 de las tácticas intimidatorias de la milicia contra entidades extranjeras cuyos intereses se cruzaron con la agenda de Beijing. Las naves de la milicia se han estrellado a propósito contra otras naves extranjeras, han causado estragos en su sonar o equipo de exploración, han disparado cañones de agua e incluso han arrojado basura a su paso.
Greg Poling, director del Programa del Sudeste Asiático y la Iniciativa de Transparencia Marítima de Asia en CSIS, cree que el impulso para darle a la milicia un perfil más «profesional» se ha fortalecido desde que el presidente Xi Jinping asumió el cargo.
“El valor de la milicia es porque tiene un grado de negación. Beijing puede simplemente afirmar que se trata de actores comerciales, pero la detección remota y la evidencia fotográfica se pueden combinar para distinguir los buques de la milicia de los que no son milicianos”, dijo Poling a Al Jazeera.
En marzo, 200 barcos de pesca sospechosos de pertenecer a la milicia china salpicaron las aguas del Arrecife Whitsun, lo que acabó provocando una importante situación diplomática entre la China comunista y Filipinas. El Arrecife Whitsun forma parte de las Islas Spratly.
Hu Bo, director del Centro de Estudios de Estrategia Marítima de la Universidad de Beijing, criticó el informe del CSIS. Aunque «la milicia ha sido durante mucho tiempo una parte tradicional de la defensa nacional de China», ya no tiene un papel importante en el avance de las políticas gubernamentales, insistió. Promocionar la influencia de la milicia marítima «es la teoría más ridícula de la ‘amenaza de China'», dijo Hu en las redes sociales.
Sin embargo, Poling rechaza tales críticas, señalando una fuerte evidencia de que la milicia marítima continúa desempeñando un papel fundamental en los planes generales de Beijing.
