Las recientes revelaciones sugieren que Anthony Fauci, el destacado oficial de salud del gobierno de Estados Unidos, estaba bien informado desde enero de 2020 sobre las investigaciones relacionadas con los coronavirus que se llevaban a cabo en el laboratorio chino sospechado de estar involucrado en el origen del SARS-CoV-2.
Documentos como correos electrónicos indican una conexión entre el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), encabezado por Fauci en ese momento, y la organización EcoHealth Alliance, que respaldaba proyectos de investigación sobre coronavirus en el Instituto de Virología de Wuhan.
Fauci, en uno de sus correos electrónicos con su principal asistente, Greg Folkers, resalta que “EcoHealth ha sido durante años uno de los principales actores en el trabajo sobre coronavirus”, dejando en evidencia la relación directa y la financiación de estos proyectos.
La comunicación entre Folkers y Fauci también revela que desde 2015, el NIAID ha financiado una serie de proyectos de EcoHealth Alliance realizados en el mencionado instituto chino.
Además, Folkers informó específicamente a Fauci el 27 de enero de 2020 que el NIAID había financiado, de manera indirecta, el descubrimiento de 52 nuevos coronavirus SARS, dentro de los cuales se encuentra el SARS-CoV-2. Otras investigaciones revelan que en el Instituto de Virología de Wuhan se tomaron muestras de más de 10.000 murciélagos y 2.000 especies mamíferas no especificadas.
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Estos hallazgos han generado una serie de interrogantes y preocupaciones, no solo acerca de la posible implicación del laboratorio en el origen del virus, sino también sobre el papel de Fauci y su relación con el mismo.
Las comunicaciones apuntan a que, a pesar de tener información sobre las investigaciones en el laboratorio chino, Fauci ha minimizado la teoría de la fuga del laboratorio como posible origen del COVID-19.
