Corea del Norte, bajo el liderazgo de Kim Jong Un, ha decidido fortalecer su armada con armas nucleares como refuerzo a su estrategia de “disuasión”. Esta decisión emerge en medio de intensivas maniobras militares de Corea del Sur y Estados Unidos en la región.
Kim acusó directamente a Estados Unidos, expresando que “Debido a las imprudentes acciones confrontacionales de EE.UU. y otras fuerzas hostiles, las aguas de la Península de Corea se han convertido en el punto de mayor concentración de armamento bélico del mundo, siendo las más inestables con el peligro de una guerra nuclear”.
Los esfuerzos actuales de Corea del Norte parecen centrarse en dotar a sus submarinos con misiles capaces de portar cargas nucleares.
Esta estrategia se suma a un año de creciente agresividad por parte del país, con un número récord de pruebas de armas y lanzamientos de misiles en 2023. Sin embargo, no todos estos esfuerzos han tenido éxito, como fue evidente cuando el país falló en su segundo intento de poner un satélite en órbita la semana pasada.
A pesar de este contratiempo, la Administración Nacional de Desarrollo Aeroespacial de Corea del Norte ya ha anunciado que intentará un nuevo lanzamiento en octubre.
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La situación ha provocado preocupación a nivel internacional. Corea del Sur afirmó que el lanzamiento del cohete violaba las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que prohíben a Corea del Norte el uso de tecnologías balísticas.
