El aspirante a la presidencia por La Libertad Avanza, Javier Milei, emitió críticas el jueves 24 de agosto dirigidas a ciertos sectores de la clase política a los que etiquetó como «casta», al tiempo que delineó su estrategia geopolítica en el caso de alcanzar la Casa Rosada. Durante la 20ª edición del Consejo de las Américas, llevada a cabo en el Hotel Alvear, el diputado nacional, quien obtuvo más del 30% de los votos en las PASO, declaró que «los argentinos han despertado a las ideas de la libertad» y subrayó la posibilidad de una «Argentina mejor».
El candidato cuestionó el concepto de justicia social, lo cual tildó de «robo». Argumentó que este enfoque equivale a quitarle a unos individuos para darle a otros, lo cual corroe los valores morales y la ética personal, transformando a la sociedad en una comunidad de saqueadores.
Milei además compartió su visión sobre política exterior, destacando que su enfoque de alineamiento geopolítico se centra en Estados Unidos e Israel. Enfatizó que su gobierno no buscaría establecer vínculos con regímenes comunistas, pero aclaró que esto no impediría que el sector privado entablara relaciones comerciales con diversos países.
Este mismo día trascendió la noticia de la incorporación de Argentina al grupo BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, naciones consideradas emergentes. El candidato se manifestó contrario a esta decisión, dado que reafirmó su intención de no forjar relaciones con naciones como China y Brasil.
El economista libertario diagnosticó el origen de la decadencia argentina como el resultado del «modelo de la casta», una mentalidad que según él justifica la idea de que «donde hay una necesidad nace un derecho». No obstante, Milei argumentó que esta premisa es problemática ya que las necesidades son innumerables, mientras que los recursos son limitados. En contraposición, afirmó que los liberales consideran que los conflictos se resuelven a través de la propiedad privada, un sistema de precios sin la interferencia estatal.
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Asimismo, Milei no solo arremetió contra los políticos, sino también contra empresarios que buscan ventajas estatales, sindicalistas que abandonan a sus representados y medios de comunicación que operan de manera corrupta. El candidato concluyó expresando que, bajo el dominio de la «casta», Argentina correrá el riesgo de convertirse en la «villa miseria más grande del mundo», y enfatizó su creencia de que la libertad es la vía para superar la crisis actual en ámbitos políticos, sociales y económicos.