El primer debate de las primarias republicanas de cara a las elecciones de 2024 en Estados Unidos sirvió de oportunidad para que ocho aspirantes a la nominación presidencial del partido lucharan por robarle el foco al gran ausente, el favorito Donald Trump, en dos horas de intercambio, salpicado por encontronazos entre los precandidatos.
Ron DeSantis, Vivek Ramaswamy, Mike Pence, Nikki Haley, Chris Christie, Tim Scott, Doug Burgum y Asa Hutchinson tomaron el estrado en Milwaukee, Wisconsin, para dar a conocer sus plataformas en un estado considerado clave en los comicios del próximo año.
Los aspirantes chocaron en temas candentes como el aborto, la asistencia de EEUU a Ucrania, el apoyo al expresidente Donald Trump y los hechos alrededor del inédito ataque al Capitolio, el 6 de enero de 2021.
Aunque se esperaba que DeSantis, el segundo en la carrera, solo por detrás del expresidente Donald Trump -que lidera las encuestas con un 55,4 %, según datos de RealClearPolitics-, aprovechara el vacío dejado por el exmandatario, fue el empresario de origen indio Vivek Ramaswamy, quien acaparó el protagonismo, asegurándose de estar en el centro de cada polémica.
El debate inició con fuertes críticas a la gestión económica del presidente Joe Biden, el probable candidato demócrata; en un ambiente civilizado, donde cada aspirante definió sus propuestas acerca de la inflación y el gasto gubernamental.
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Poco después el tono cambió, tras un intercambio entre el veterano exvicepresidente Pence y Ramaswamy sobre la necesidad de sangre nueva en la política estadounidense. En más de una ocasión el exitoso emprendedor, de 38 años de edad, se ganó respuestas airadas de parte de sus contendientes, todos ellos con décadas de experiencia en el gobierno.
“No necesitamos un presidente demasiado viejo, y no necesitamos un presidente demasiado joven. Necesitamos un presidente que haya estado ahí”, respondió Pence ante la polémica sobre si el presidente Joe Biden, de 80 años, debería presentarse a la reelección debido a su edad.
Ramaswamy, el más joven en la carrera, se sintió aludido y respondió que quizá era hora de renovar Washington, en referencia a la edad avanzada de la mayoría de los políticos en la capital estadounidense.
La exgobernadora de Carolina del Sur y antigua embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, fue una de las que más contundentemente discrepó con Ramaswamy, quien recordaba en sus argumentos al impredecible expresidente Trump.
«No tienes experiencia en asuntos internacionales, y se te nota», le espetó Haley, la única mujer en la carrera republicana, al empresario, quien expresó su desacuerdo al envío de ayuda Ucrania en su guerra frente a Rusia.
Este fue uno de los puntos más contenciosos, aunque la gran mayoría de los aspirantes, menos Ramaswamy y DeSantis, coincidió en la necesidad de apoyar a Kiev y limitar la influencia del presidente ruso, Vladimir Putin, como una cuestión de supervivencia de la democracia.
Otro de los temas polémicos de la noche fue el del aborto, un asunto clave que en los últimos comicios legislativos lanzó a los votantes a las urnas. Todos los candidatos reafirmaron sus posiciones provida, aunque algunos, como el profundamente religioso Pence, se enfrentaron a una conciliadora Haley, quien pidió «no demonizar» el tema.
La migración y el manejo de la frontera no estuvieron en el centro del debate, aunque fueron tocados en diversos momentos durante el intercambio, que probó ser un desafío para los moderadores, que a veces tuvieron que recordar a los candidatos los límites de un minuto y 30 segundos impuestos para respuestas directas y réplicas, respectivamente.
La mayoría se decantó por la «mano dura» en cuanto al límite sur con México y atacó la política migratoria de Biden. El más radical, como era de esperar, fue el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, conocido por sus políticas antimigratorias.
DeSantis dijo que «no enviaría tropas a Ucrania pero sí a la frontera sur» por donde “los traficantes de drogas están ingresando fentanilo”. La epidemia de drogas, especialmente este peligroso fármaco, también estuvieron entre las críticas de los aspirantes a Biden.
La necesidad de terminar con la influencia de China en la economía estadounidense y su expansión por el hemisferio occidental fue otra de las áreas abordadas por los precandidatos.
Trump, el «elefante en la habitación»
Aunque decidió no presentarse aduciendo que el público estadounidense ya lo conoce de sobra y, por lo tanto, no tenía por qué compartir escenario con contendientes que no «llegan a los dos dígitos» en las encuestas, el expresidente Donald Trump fue el «elefante en la habitación», a decir de los moderadores del debate.
Trump dividió a los candidatos, algunos con menciones y críticas oblicuas como Tim Scott, Nikki Haley, Ron DeSantis y Doug Burgum, con Vivek Ramaswamy como ferviente defensor, y del otro lado Chris Christie y Asa Hutchinson, los mayores críticos de la noche.
Hutchinson, exgobernador de Arkansas, fue quien inauguró los golpes a Trump, a quien acusó de «socavar» el sistema jurídico por sus ataques a los jueces y fiscales que llevan los cuatro casos penales en su contra.
El exmandatario también fue el protagonista indirecto de uno de los detalles más destacables del debate. En un momento del intercambio, se le pidió a los aspirantes que levantaran la mano si ofrecerían su apoyo a Trump si este resultaba elegido el candidato republicano a pesar de sus crecientes problemas legales. El compromiso de respaldar a quien quedara como representante del partido, sea quien sea, fue uno de los requisitos para calificar al evento.
Ramaswamy no dudó y fue el primero en levantar la mano, luego poco a poco le siguieron Scott, Haley, Burgum, Pence y DeSantis, quien primero miró a ambos lados. Christie pareció concordar con el resto, pero al final afirmó que estaba haciendo un gesto negativo con la mano, mientras que Hutchinson ni siquiera se inmutó.
Más tarde Christie, antiguo aliado convertido en acérrimo detractor de Trump, fustigó la conducta del expresidente argumentando que “su conducta no está a la altura del cargo de presidente de EEUU”.
En cuanto a los sucesos del 6 de enero de 2021, la gran mayoría coincidió en que el exvicepresidente Mike Pence hizo lo correcto al negarse a detener la confirmación de Joe Biden como presidente electo como le había pedido su entonces jefe.
Al mismo tiempo que los aspirantes defendían sus plataformas, se emitía en la plataforma X, antes conocida como Twitter, una entrevista que Trump ofreció al expresentador de Fox News, Tucker Carlson. El exmandatario, quien debe viajar a Georgia este jueves a entregarse en un segundo caso por supuesta interferencia en las elecciones de 2020, aseguró que el resto de los precandidatos son irrelevantes excepto él.
Fuente: Voz de América