A través de su vocera Gabriela Cerruti, el Gobierno argentino emitió disculpas el jueves a los votantes por los resultados de las elecciones primarias y aclaró que la devaluación del peso en menos del 20% después de los comicios fue el resultado de una negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que inicialmente había pedido una devaluación del 100%.
Desde las primarias, el presidente Alberto Fernández, no ha hecho apariciones públicas, pero la portavoz pidió disculpas a los votantes y mencionó que el Gobierno está realizando una autocrítica después de los resultados. Cerruti destacó que se está trabajando en la mejora de la situación y que se anunciará un acuerdo de precios junto con medidas para aliviar la situación de los trabajadores y jubilados.
Por su parte, el ministro de Economía y candidato presidencial oficialista, Sergio Massa, señaló en un programa de televisión local que las negociaciones con el FMI comenzaron con la solicitud de una devaluación del 100%, pero luego se redujo a un 60%, finalizando con un acuerdo de un 20% de devaluación. Esto resultó en un desembolso de alrededor de 8.000 millones de dólares que proporcionará un alivio necesario a un Gobierno que enfrenta dificultades en términos de reservas.
En Argentina, el término «devaluación» se refiere al cambio en el valor del dólar, no a la modificación de la moneda local frente al dólar, lo que implica un cálculo diferente.
Argentina logró ajustes en los objetivos del programa acordado con el FMI el año pasado, el cual ascendía a 44.000 millones de dólares, debido al impacto económico de una sequía que costó al país más de 20.000 millones de dólares.
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Las elecciones primarias (PASO) revelaron un descontento con la política convencional, impulsado por una inflación anual del 116% y una tasa de pobreza cercana al 40%. Estos factores favorecieron el triunfo inesperado del candidato liberal Javier Milei en las primarias, que proporcionan señales significativas sobre las elecciones presidenciales de octubre.
Devaluación
Un día después de las elecciones primarias, el banco central de Argentina devaluó el peso mayorista en un 17,9% y fijó el tipo de cambio en 350 unidades por dólar hasta las elecciones de octubre. También incrementó su tasa de referencia. Estas medidas llevaron a una dolarización considerable como medida de resguardo y un aumento en los precios minoristas, que se han elevado un 60% en los primeros siete meses del año y un 113,4% en el último año, según datos oficiales.
A su vez, el dólar blue (paralelo) se disparó, rozando los $800 por dólar.
