En octubre de 2022, un devastador incendio azotó la cantera del cráter volcánico Rano Raraku, en la Isla de Pascua, las llamas dañaron cerca de 350 piezas arqueológicas, entre ellas 22 moáis quedaron en estado grave, informó la Unesco en un informe reciente.
Este análisis en detalle demostró la gravedad del incendio a meses de haber ocurrido y alertó a las autoridades de la zona, que están buscando opciones de reparación. El alcalde pascuense, Pedro Edmunds, comentó a El País que “el daño es mucho más grande de lo que imaginamos”.
De las 350 piezas arqueológicas afectadas, 222 corresponden a estatuas, de las cuales 22 quedaron con daños muy difíciles de reparar y que además, dificultarán la futura conservación de estas estructuras emblemáticas de la isla.
Los obstáculos no están solo en su intervención, sino también en los costos de reparación, puesto que para ello los arqueólogos necesitan herramientas y materiales que deben ser importadas desde el extranjero.
“Los materiales no son tan caros, pero sí los costos aduaneros”, dijo al medio citado la arqueóloga y conservadora de la Comunidad Indígena Ma’u Henua, Daniela Meza.
El incendio no es lo único que mantiene “en peligro” a los moáis
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Sumado a este incendio, los arqueólogos también apuntan a las condiciones climáticas y el deterioro del tiempo que ya estaba afectando a las estatuas. Meza dice que hay 15 moáis que no se quemaron, pero que sí están peligrando por su deterioro.
“Son unas 15. No se han quemado, pero están más graves. Están al lado del mar y se están cayendo, prácticamente, a pedazos. Una vez que tengamos el permiso de Monumentos, vamos a devolverles su fuerza física para que puedan seguir de pie”, explicó.
“El tiempo, la lluvia y el viento los están degradando. Si no hacemos nada, en 100 años van a desaparecer”, agregó el alcalde Edmunds.
Por otro lado, Claudia Uribe, representante de la Unesco en Chile, explicó que para conservar los moáis se podrían implementar técnicas de hidrofugación y adhesión de la piedra que conforma las estatuas. Para ello, se necesitan fondos.
“El desafío que se enfrenta hoy es levantar fondos para iniciar un plan de conservación”, completó Edmunds.
Por ahora, la Unesco estaría levantando un proyecto con un presupuesto 97.000 dólares para un año, en lo que respecta a los incendios, que financió con su propio Fondo de Emergencia para el Patrimonio (HEF).
