El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, emitió el lunes 19 de junio una declaración de «emergencia hídrica» en el país después de más de siete meses de sequía, lo que ha llevado a que uno de los embalses de agua dulce que abastece al 60% de Montevideo y a una zona metropolitana donde reside el 60% de la población se encuentre en niveles mínimos.
Lacalle Pou anunció que eximirá de impuestos al agua embotellada y controlará su precio como parte de la declaración de emergencia hídrica. Además, señaló que este mecanismo permitirá al gobierno llevar a cabo una obra en un plazo de treinta días para potabilizar el agua en el arroyo San José e incorporarla al sistema de potabilización y distribución del país.
Según la información más reciente de Obras Sanitarias del Estado (OSE), la empresa estatal encargada de la potabilización y distribución del agua, hace cinco días quedaban 3,7 millones de metros cúbicos de los 67 millones de metros cúbicos que contiene el embalse de San Severino, el más grande de Uruguay, ubicado en el Río Santa Lucía. El otro embalse que abastece a la capital, Canelón Grande, también está experimentando escasez de agua.
A pesar de la situación, el presidente aseguró en una conferencia de prensa el lunes que «el suministro de agua del grifo está garantizado». Sin embargo, advirtió que se está monitoreando la calidad del agua y que podría haber una disminución en su calidad. «No se suspenderá el suministro de agua, pero podría haber un empeoramiento en su calidad», aclaró.
Durante más de 150 años, el río Santa Lucía ha sido una de las principales fuentes de agua dulce para Montevideo y su zona de influencia. Sin embargo, a principios de mayo de este año, las autoridades decidieron comenzar a utilizar agua salada del Río de la Plata, lo que ha llevado a un aumento significativo en los niveles de sodio y cloruros para su desinfección.
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Estos niveles, al igual que otros como los de trihalometanos o hierro, han superado los estándares permitidos por las normas uruguayas para el agua potable. Además, continúan aumentando según los análisis realizados por la Unidad Reguladora de Servicios de Agua y Energía del país.
El presidente indicó que están evaluando, junto con las autoridades del Ministerio de Salud Pública, la posibilidad de permitir niveles físico-químicos más altos en el agua del grifo hasta que sea «consumible». También se comprometió a que la OSE informe periódicamente sobre los parámetros del agua suministrada.
En la sede del gobierno, Lacalle Pou reafirmó que se continuará proporcionando hasta dos litros de agua por día a sectores de menores ingresos.
La situación ha generado quejas por parte de los ciudadanos durante las celebraciones del lunes por el nacimiento del prócer patrio José Artigas en la ciudad de Sauce, Canelones. En presencia del mandatario, se lanzaron críticas como «no es sequía, es saqueo» o «el agua no se vende».
«La lluvia es nuestro aliado, es lo que resolverá el problema», dijo Lacalle Pou días atrás. «Lamentablemente, no ha llovido», agregó.
