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Juez federal de EE. UU. dictamina que club satánico puede reunirse en escuelas de Pensilvania

Las escuelas públicas de EE. UU. están obligadas por ley a permitir las actividades de cualquier "grupo religioso" y créase o no, el satanismo tiene ese estatus en ese país.
Published: 4 de mayo de 2023
Algunos miembros y simpatizantes del Templo Satánico, la organización que patrocina el 'After School Satan Club', posan el martes 28 de febrero de 2023 para una foto después de la reunión de la junta del Distrito Escolar de Saucon Valley. (Twitter mcall)

En el 2001, la Corte Suprema determinó que las escuelas públicas deben ofertar programas extraescolares de cualquier grupo religioso que las proponga, ya que de lo contrario se estaría concretando una violación a los derechos de la libre expresión. Además, las instituciones deben aprobarlas si hay alumnos que quieran apuntarse.

La ley reconoce al satanismo como una religión en Estados Unidos. Por ello, las escuelas públicas no les queda más que aceptar cualquier actividad de esta índole.

Bajo esta premisa, nació «After School Satan Club«, una organización sin fines de lucro, que ha generado mucha polémica, por ser liderado por un Templo Satánico, que tiene como objetivo, brindar actividades a niños y adolescentes en diferentes escuelas en el país.

Este club, que tiene presencia en más de 5,000 escuelas de Estados Unidos, generó una gran polémica en las instituciones del estado de Pensilvania, especialmente en el condado de Northampton.

El juez federal, John M. Gallagher, ordenó al Distrito Escolar de Pensilvania permitir que se reúna el club satanista, citando los derechos de la Primera Enmienda.

“Cuando un distrito escolar abre sus instalaciones, no puede discriminar por creencias religiosas. Este fallo refuerza el principio de igualdad de acceso y garantiza que todos los puntos de vista tengan una oportunidad justa de expresarse»,  expresó el juez.

Drama legal

Para entender un poco más este tema, vamos a remontarnos a enero del año 2022, cuando la organización sin fines de lucro, Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) fue el representante del Templo Satánico ante el Congreso y pidió eliminar la demanda impuesta por el Distrito Escolar.

Logo del club satánico, con el que invitan a los estudiantes a unirse a sus actividades.

Lucien Greaves, cofundador y portavoz del club, aseguró sin muchos detalles que su objetivo no es otro más que «brindarle a los niños nuevas habilidades que les permitan desarrollar su pensamiento crítico y resolver problemas de su día a día».

El club comenzó a ser reconocido luego de generar una campaña para mostrar su rechazo a los llamados Christian Good News Clubs (Clubes Cristianos de Buenas Nuevas) los cuales ofrecen extracurriculares en diferentes escuelas, promoviendo la fe católica.

La organización satánica, para ese entonces, indicó que ellos no adoran a Satanás como un representante del mal sino como un ejemplo «del pensamiento independiente y el libre albedrío».

Sin embargo, el distrito no solo rechazó que este club hiciera vida en las escuelas, sino que también prohibieron que se continuara distribuyendo sus volantes por presuntamente incitar a los niños a adorar «al mal».

Ante esta situación, inició una batalla legal entre la ACLU y el Tribunal Federal del Distrito Escolar de Pensilvania, por la prohibición de estas actividades en las escuelas del Estado. Sin embargo, la demanda finalmente fue resuelta esta semana, luego de meses de litigio.

La ACLU reconoció el dictamen como una victoria para la libertad de expresión y la libertad religiosa en el estado.

El juez insistió que el Distrito escolar debe permitir que el «After School Satan Club», se reúna al menos durante tres fechas en las instituciones educativas, específicamente en la escuela secundaria Saucon Valley en Hellertown, donde tienen sus operaciones principales.

El «plan de estudios» de este club incluye una merienda saludable, lección de Literatura, actividades creativas de aprendizaje, una lección de ciencia, crucigramas y proyectos de arte. Además, los menores reciben una tarjeta de membresía y deben tener un permiso firmado por sus padres para asistir.

Artículo publicado originalmente en Miami Diario