El martes (27 de marzo), la Cámara de Representantes de EE. UU. votó a favor de aprobar un proyecto de ley sin precedentes que se enfoca en el tráfico de órganos en todo el mundo y específicamente nombra al Partido Comunista Chino (PCCh) como la sustracción de órganos de prisioneros asesinados, la mayoría de ellos personas completamente inocentes.
De ser aprobada por el Senado y convertida en ley, la H.R. 1154, titulada «Ley para detener la sustracción forzada de órganos de 2023», sería la primera medida del Congreso para combatir esta atrocidad, que se lleva produciendo desde al menos la década de 1990, pero que estalló en China a partir de la persecución de Falun Gong en 1999.
“Este es un crimen contra la humanidad, y es un crimen de guerra, porque esta es una guerra contra personas inocentes en China”, dijo a The Epoch Times el representante de Nueva Jersey Chris Smith, un republicano que es el principal patrocinador del proyecto de ley, antes de la votación. “Aquellos que voluntariamente participen en esto serán responsables”.
Smith señala que la ley tiene “verdaderos dientes”, ya que prevé sanciones de hasta 1 millón de dólares en multas y 20 años de prisión para los cómplices del tráfico de órganos.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que ganó gran popularidad en China durante la década de 1990, con aproximadamente 100 millones de personas practicando sus lentos ejercicios de qigong y leyendo las enseñanzas morales del fundador Li Hongzhi. Bajo el entonces líder Jiang Zemin, el PCCh lanzó una campaña a nivel nacional para reprimir a Falun Gong como una supuesta amenaza al poder del partido y la ideología comunista.
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Los practicantes de Falun Gong se convirtieron en las principales víctimas de asesinatos en masa por sustracción forzada de órganos, como revelaron años de investigaciones. Desde entonces, la práctica se ha extendido a otros grupos perseguidos, incluidos los musulmanes uigures e incluso, potencialmente, jóvenes chinos corrientes.
Si bien China afirma que su industria masiva de trasplantes de órganos se alimenta de donaciones, se demostró que las estadísticas que proporciona están «manipuladas y falsificadas sistemáticamente», según un estudio de 2019.
La “Ley para detener la sustracción forzada de órganos” fue aprobada por una votación de 413 a 2, siendo los dos disidentes republicanos. El proyecto de ley sancionaría a cualquier persona involucrada en la sustracción forzada de órganos, así como también ordenaría informes anuales del gobierno federal sobre la sustracción ilícita de órganos que se lleva a cabo en otros países.