Verdad, Inspiración, Esperanza

Erdogan confirma la prórroga del acuerdo ruso-ucraniano sobre cereales en el Mar Negro

Published: 20 de marzo de 2023
El presidente turco Tayyip Erdogan (Imagen: fotograma de vídeo Thomson Reuters)

El acuerdo que permitía las exportaciones de grano ucraniano desde los puertos del Mar Negro y que expiraba el sábado (18 de marzo) ha sido prorrogado, según el presidente turco Tayyip Erdogan.

En un principio, no estaba claro cuánto duraba la prórroga. Erdogan no reveló el tiempo durante su intervención ante los agentes de prensa convocados tras días de conversaciones entre Ucrania y Rusia lideradas por Turquía para prorrogar el acuerdo.

Más tarde, Reuters confirmó que el acuerdo duraría al menos 60 días -la mitad del periodo previsto-, después de que Rusia advirtiera de que cualquier prórroga más allá de mediados de mayo dependería de la eliminación de algunas sanciones occidentales.

«Como es bien sabido, el periodo del acuerdo sobre el corredor de cereales, uno de los principales puntos de acuerdo entre Rusia y Ucrania tras la guerra aparte del acuerdo de intercambio de prisioneros, expiraba hoy. Como resultado de nuestras conversaciones con ambas partes, hemos conseguido una prórroga de este acuerdo, que finalizaba el 19 de marzo».

El pacto fue negociado con Rusia y Ucrania por las Naciones Unidas y Turquía en julio, y renovado por 120 días más en noviembre.

«El acuerdo sobre el corredor de cereales expiraba hoy. Como resultado de nuestras conversaciones con las dos partes, hemos conseguido una prórroga de este acuerdo», declaró Erdogan en una rueda de prensa en la ciudad occidental de Çanakkale (Turquía).

Se hizo para combatir la crisis alimentaria mundial, agravada en parte por la guerra en Ucrania en febrero del año pasado y el consiguiente bloqueo del Mar Negro por parte de Rusia.

Según la ONU, el acuerdo permitió el suministro de 25 millones de toneladas de grano y otros alimentos durante sus dos primeros periodos, lo que ayudó a bajar los precios de los alimentos en todo el mundo y a estabilizar los mercados.

Conflicto de Crimea

Mientras, en toda Rusia se celebraron el sábado actos conmemorativos del noveno aniversario de la anexión de la península de Crimea a Ucrania por parte de Moscú.

Rusia se apoderó de Crimea en 2014 tras la revolución del Euromaidán que derrocó al presidente prorruso de Ucrania y desplazó al país hacia la órbita occidental.

Según Moscú, la inmensa mayoría de los tres millones de habitantes de Crimea votó posteriormente a favor de reintegrarse formalmente en Rusia (Crimea fue entregada a Ucrania por Rusia en la década de 1950, cuando ambas formaban parte de la Unión Soviética), en un referéndum rechazado por Occidente y Kiev.

Ucrania juró que expulsaría a Rusia de Crimea y de todos los demás territorios que Rusia ha ocupado en la «operación militar especial» de un año de duración, como denomina el Kremlin a la guerra.

Crimea y su capital, Sebastopol, han sido estratégicamente importantes para Rusia por ser sus pocos puertos libres de hielo durante todo el año. Está situada a orillas del Mar Negro, crucial para las exportaciones ucranianas de grano a todo el mundo.

Orden de detención contra Putin

Mientras tanto, el Kremlin expresó su indignación después de que la Corte Penal Internacional (CPI) emitiera el viernes una orden de detención contra el presidente ruso, Vladimir Putin, alegando que la deportación forzosa de niños ucranianos por parte de Moscú es un crimen de guerra.

El anuncio provocó una vehemente reacción de Moscú. Según Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, Rusia considera «indignantes e inaceptables» las preguntas que formula la CPI, y cualquier decisión que tome el tribunal es «nula y sin valor» en lo que respecta al país.

Junto con Estados Unidos y China, Rusia no es miembro de la CPI.

Estados Unidos dijo que «no había duda» de que Rusia estaba cometiendo crímenes de guerra en Ucrania.

La noticia de la orden de detención no disuadió al líder chino, Xi Jinping, de seguir adelante con su visita prevista a Moscú la próxima semana para reforzar aún más los lazos entre los dos Estados renegados. Al mismo tiempo, la relación de Rusia con Occidente alcanzó mínimos históricos.

Por el contrario, Beijing y Moscú ya habían acordado una asociación «sin límites» el año pasado, poco antes de la invasión; una medida que suscitó muchas suspicacias entre los dirigentes estadounidenses y europeos por temor a que fuera el preludio de que Beijing suministrara armas a Rusia.