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Florida pone en marcha plan para matar pitones: sacrificando zarigüeyas

Estas serpientes desestabilizan el ecosistema del Estado
Published: 14 de febrero de 2023
Imagen de contexto Jalynn vía Pixabay

Desde hace dos décadas Florida ha estado azotada por la pitón birmana, una especie invasora. El problema de estos animales es que están desplazando a los cocodrilos como máximos depredadores de los pantanos, lo que pudiera ocasionar un desbalance en el ecosistema del estado.

Sin embargo, gracias al uso de la tecnología, es posible reducir este inconveniente que presenta el estado. Para ello, están implementando sensores GPS en pequeños mamíferos. La finalidad, es que cuando las serpientes se coman a estos animales, salten las alarmas por los cambios en el patrón de movimiento. De esta forma, los exterminadores podrán ir al sitio de la señal para acabar con la serpiente invasora.

Según el Tampa Bay Times, expertos de diferentes universidades han estado observando el comportamiento de mapaches y zarigüeyas, que se encuentran a unas 40 millas al sur de Miami. Los especialistas comenzaron a colocarles los collares GPS.

Después de unos cinco meses, los investigadores lograron un pequeño avance cuando un collar de zarigüeya dejó de moverse abruptamente durante unas horas antes de comenzar de nuevo.

Según Michael Cove, trabajador del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte, la ausencia de movimiento provocó que los expertos recibieran una señal de mortalidad. Asimismo, cuando comenzó a moverse nuevamente, crecieron las sospechas de que se habían comido al mamífero.

No obstante, tardaron más de un mes en encontrarla, mientras entraba y salía de la red de túneles de Key Largo, en el condado de Monroe. Sin embargo, cuando lo hicieron, descubrieron una pitón hembra de 12 pies de largo y 66 libras que estaba llena de huevos. Tal pitón tiene la capacidad de poner 100 huevos. En este sentido, atrapar una y eliminarla del ecosistema puede detener la introducción de cientos de serpientes más en el futuro.

Además, lograron recuperar el collar para usarla en otra zarigüeya.

Los collares actualmente cuestan $1,500 cada uno y duran dos años. Por esta razón, uno de los objetivos es poder abaratar costos para que cuesten $200 cada uno.

En la investigación, además del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte, participa el personal de la Universidad del Sur de Illinois y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU.

Artículo publicado originalmente en Miami Diario