Una miembro de la Cámara de Representantes de EE. UU. declaró durante una reunión oficial del Comité de la Cámara que sufrió reacciones adversas significativas a causa de las vacunas experimentales de terapia génica contra la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19).
Los comentarios se hicieron durante una reunión del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes el 8 de febrero sobre el escándalo de la computadora portátil de Hunter Biden dirigida a los exejecutivos de Twitter.
Esta audiencia en el Congreso trató sobre los ‘Twitter Files‘, una serie de filtraciones sobre empleados de la administración anterior de la red social, que censuraron la noticia de la laptop -entre otras-, justo antes de las elecciones presidenciales de 2020.
En este sentido, el Comité convocó a tres exempleados, que fueron despedidos o renunciaron luego de la toma de posesión de Elon Musk: el Director Legal Vijaya Gadde, el Consejero General Adjunto James Baker y el Director de Confianza y Seguridad Yoel Roth, según el Washington Times.
La representante republicana Nancy Mace preguntó a los ex miembros del personal por qué decidieron censurar las publicaciones críticas sobre los mandatos de vacunación y los bloqueos del profesor de Stanford Jay Battacharya.
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Durante el turno de preguntas de la representante Mace, usó su tiempo asignado para decir: “Yo, junto con muchos estadounidenses, tengo efectos a largo plazo de COVID”.
Mace prosiguió: «No sólo fui una persona de largo recorrido, sino que tengo efectos de la vacuna. No fue con la primera vacuna, sino con la segunda, cuando desarrollé un asma que nunca ha desaparecido desde la segunda vacuna. Tengo temblores en la mano izquierda y de vez en cuando me duele el corazón, algo que ningún médico puede explicar».
“Lamento mucho haber recibido la vacuna debido a los problemas de salud que tengo ahora y que creo que nunca van a desaparecer”, agregó la representante.
La representante Mace usó las declaraciones como preludio para apuntar a un régimen de censura médica que se instaló en la plataforma [Twitter] a medida que los mandatos de vacunas y los pasaportes de vacunas se normalizaron a lo largo de 2021.
“Me parece extremadamente alarmante que la censura sin restricciones de Twitter se extendiera a los campos médicos y afectara a muchos estadounidenses al suprimir las opiniones de los médicos y censurar a quienes no están de acuerdo con los CDC [Centros para el Control y Prevención de Enfermedades]”, afirmó.
Los comentarios de Mace fueron ampliamente ignorados por los medios de comunicación del establishment, siendo el Times uno de los únicos medios reconocidos que cubrieron sus declaraciones.
Organizaciones como CNBC se centraron en cambio en aspectos más destacados y que distraían la atención de la audiencia, como un «testigo que declaró que la Casa Blanca había pedido a la plataforma que eliminara un tuit de Chrissy Teigen en el que insultaba al entonces presidente Donald Trump.»
El medio conservador Daily Caller fue una de las únicas publicaciones reconocidas que se hizo eco de los comentarios, informando de que la diputado Mace pudo arrancar una confesión a Gabbe sobre la connivencia con las fuerzas de seguridad de Estados Unidos al formularle la pregunta: «¿Se puso alguna vez en contacto el Gobierno de Estados Unidos con usted o con alguien de Twitter para moderar determinados tuits? Sí o no».
“Recibimos demandas legales del gobierno de EE. UU. y de gobiernos de todo el mundo”, admitió Gabbe.
Mace presionó: «Me parece alarmante que la censura de Twitter se haya extendido a los campos de la medicina… ¿A qué escuela de medicina fuiste?»
Gabbe respondió que no fue a la escuela de medicina.
«¿Por qué cree que usted o cualquier otra persona en Twitter tiene la experiencia médica para censurar la opinión experta de un médico?» desafió Mace.
Continuó: «Gracias a Dios por Elon Musk por mostrarnos que Twitter era básicamente una subsidiaria del FBI que censuraba voces médicas reales con experiencia real que ponían en peligro la vida de estadounidenses reales porque no tenían esa información».
Sin embargo, los comentarios de Mace en última instancia pueden ser poco más que una postura política.
En noviembre de 2021, Rolling Stone apuntó a la representante Mace después de que apareciera en Fox News diciendo: “En algunos estudios que he leído, la inmunidad natural le brinda 27 veces más protección contra una futura infección por covid que la vacunación”.
El problema, señaló Rolling Stone, fue que el mismo día que apareció Mace en CNN, ella cambió de tono y dijo: “He sido partidaria de las vacunas y del uso de máscaras cuando fue necesario”.
El mismo tema fue abordado por la revista People, que también citó a Mace diciendo: “Hay un número estadísticamente significativo de personas que están protegidas de COVID cuando usan esas máscaras”.
La noción contrasta marcadamente con una revisión publicada el 30 de enero de 78 estudios globales que cubren a 1 millón de personas sobre la eficacia del enmascaramiento contra enfermedades respiratorias por parte del prestigioso Instituto Cochrane.
El Instituto descubrió que «el uso de mascarillas en la comunidad probablemente hace poca o ninguna diferencia en el resultado de la enfermedad similar a la influenza (ILI)/enfermedad similar a la COVID-19 en comparación con no usar mascarillas».
“El uso de respiradores N95/P2 en comparación con las mascarillas médicas/quirúrgicas probablemente hace poca o ninguna diferencia en el resultado objetivo y más preciso de la infección por influenza confirmada por laboratorio”, agregaron.
No obstante, Mace, de 45 años, es miembro de un grupo de alto riesgo de reacciones adversas a la vacuna.
A fines de 2021, un tribunal ordenó a Pfizer que publicara ciertos informes internos de farmacovigilancia después de que el grupo de defensa de la Salud Pública y Profesionales Médicos para la Transparencia presentara una solicitud de la Ley de Libertad de Información ante la Administración de Alimentos y Medicamentos, que la FDA intentó bloquear.
Uno de los documentos publicados fue escrito por la división de Seguridad mundial de Pfizer y se tituló Análisis acumulativo de informes de eventos adversos posteriores a la autorización. Contenía datos desde el comienzo del lanzamiento de la vacuna hasta finales de febrero de 2021.
El Análisis reveló que de los 42 086 informes de reacciones adversas a las vacunas que la empresa ya había obtenido de forma privada, un asombroso 66 %, que suman 29 914 casos, eran mujeres.
Más notable es que casi el 56 por ciento de todos los casos femeninos ocurrieron en personas menores de 50 años, mientras que el grupo más grande de víctimas de reacciones adversas fue el grupo de edad de 31 a 50 años, con 13 886 casos.
Los datos de Pfizer también mostraron que un asombroso total de 1 223 casos, que representan el 2,9 por ciento de todos los informes generales, resultaron en una fatalidad.