El presidente de Argentina, Alberto Fernández, dio la orden interna de no arrestar ni a Nicolás Maduro ni a ninguno de sus funcionarios que visitarán Buenos Aires el 23 de enero con motivo de la cumbre de la CELAC (cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe).
Esta sería una contraorden a la que dio el Departamento de Estado norteamericano, el cual odenó arrestar a Maduro si llega a visitar a algún país alineado a la Interpol, como el caso de Argentina.
Esta orden de EE. UU. había mantenido a Maduro alejado de la escena internacional y desde entonces se aseguró de participar solamente en foros donde tuviera asegurada su seguridad.
Según el protocolo de respuesta a un pedido de captura internacional al que adhiere la Policía Federal, Nicolás Maduro debería ser detenido inmediatamente al llegar a la Argentina, hecho que no ocurrirá y tampoco se conocen las consecuencias de desestimar a la Interpol, policía internacional.
El 26 de marzo de 2020, el Departamento de Justicia de Estados Unidos -de la entonces administración Trump- acusó a Nicolás Maduro y a 14 de sus asociados por narcoterrorismo, corrupción, tráfico de drogas y otros cargos criminales.
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En este sentido, el organismo ofreció una recompensa de 15 millones de dólares a toda información que permita el arresto y enjuiciamiento de Nicolás Maduro.
Entre otros crímenes, Maduro es señalado por la justicia norteamericana de ser la cabecilla del Cártel de los Soles, una organización de narcotráfico compuesta por funcionarios y militares venezolanos de alto rango, vinculada con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El entonces fiscal general, William Barr, señaló que la frontera entre Colombia y Venezuela ha sido tomada por las disidencias de las FARC bajo la protección de Maduro. En este sentido, acusó al régimen de tramar una conspiración con las FARC para “inundar a Estados Unidos de drogas”.
“Anunciamos cargos criminales contra Nicolás Maduro por llevar adelante, junto a sus principales lugartenientes, una sociedad narcoterroristas con las FARC por los últimos 20 años. El alcance y la magnitud de la droga traficada solo fue posible porque Maduro y las instituciones corruptas de Venezuela proveyeron protección política y militar para los crímenes de narcoterrorismo”, sostuvo Geoffrey Berman, fiscal federal del distrito sur de Nueva York. Además, aseguró que la cúpula chavista presionó a otros gobiernos para que permitan el despliegue de la trama criminal.
A pesar de que la administración Biden ha mostrado algunos signos de acercamiento con el régimen de Maduro, aún mantiene vigente la recompensa de 15 millones de dólares por la captura.
Reacciones
La llegada de Maduro y de otros dictadores ha generado rechazo e indignación en varios espectros de la sociedad. También ha generado muchas críticas desde la oposición.
En paralelo al encuentro que los mandatarios de la región mantendrán el martes próximo, se celebrará la “Cumbre de los Pueblos”, un encuentro impulsado por el Foro de San Pablo, que reúne a organizaciones y partidos políticos de izquierda.
En este contexto, el Foro Argentino por la Democracia en la Región (FADER) presentó una denuncia ante la justicia federal esta semana no solo por el ingreso al país que hará Nicolás Maduro; si no también por la presencia de los dictadores de Cuba, Miguel Díaz Canel, y de Nicaragua, Daniel Ortega, también acusados de múltiples violaciones a los derechos humanos y narcotráfico.
Entre los argumentos, los firmantes destacaron el sinfín de políticos, periodistas, empresarios y civiles en general que han sido arrestados por hablar en contra del régimen chavista, además de los múltiples casos de torturas y asesinatos de opositores.
A su vez, el diputado Ricardo López Murphy presentó un proyecto de declaración en el que expresa su profunda preocupación por el ingreso de los dictadores a la Argentina. «Su sola presencia es un insulto a la democracia y a nuestra Constitución Nacional», apuntó.
En esta misma línea, el partido político La Libertad Avanza, espacio liderado por el diputado y economista Javier Milei, también publicó un escueto comunicado de repudio. «Recibirlos en Argentina es una vergüenza internacional», apuntó.
