La vacuna bivalente contra el COVID-19 de la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTech podría vincularse con un tipo de accidente cerebrovascular (ACV) en adultos mayores, según datos preliminares analizados por las autoridades sanitarias de Estados Unidos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dijeron el viernes 13 de enero que una base de datos de vacunas de los CDC había descubierto un posible problema de seguridad en el que las personas mayores de 65 años tenían más probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular isquémico 21 días después de recibir la inyección bivalente de Pfizer/BioNTech, en comparación con los días 22 a 44.
Un accidente cerebrovascular isquémico, también conocido como isquemia cerebral, es causado por obstrucciones en las arterias que llevan sangre al cerebro.
Un accidente cerebrovascular isquémico -también llamado isquemia cerebral- es causado por obstrucciones en las arterias que llevan sangre al cerebro.
Las autoridades sanitarias dijeron que el Sistema de informes de eventos adversos de vacunas de los CDC, las bases de datos de otros países y las bases de datos de Pfizer-BioNTech no habían señalado este problema de seguridad y expresaron que el tema requiere más investigación.
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En respuesta, los laboratorios Pfizer y BioNTech dijeron en un comunicado que se les informó de reportes limitados de accidentes cerebrovasculares isquémicos en personas de 65 años o más después de la vacunación con su vacuna actualizada.
“Ni Pfizer ni BioNTech ni los CDC ni la Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) han observado hallazgos similares en muchos otros sistemas de monitoreo en Estados Unidos y el resto del mundo y no hay evidencia para concluir que el accidente cerebrovascular isquémico esté asociado con el uso de las vacunas COVID-19″, agregó Pfizer, de acuerdo a lo recogido por Euronews.
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Aunque las vacunas han sido promocionadas como «eficaces y seguras» y han sido aprobadas de emergencia, según la base de datos del Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas (VAERS), gestionada por los CDC y la FDA, que actúa como un «sistema nacional de alerta temprana para detectar posibles problemas de seguridad» de las vacunas estadounidenses, se han notificado 274.564 casos de efectos adversos graves tras la vacunación con COVID-19, según los informes realizados hasta el 6 de enero de 2023.
Aunque la mayoría de los efectos adversos se ha reportado en adultos mayores, también hay reportes de hasta bebés de menos de 6 meses de edad.