Con un estrecho margen de ventaja, este domingo 30 de octubre el líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva fue elegido como el nuevo presidente de Brasil con el 50,8 % de los votos, frente al 49,1 % de Jair Bolsonaro, en las elecciones más polarizadas de la historia del país.
Sin embargo, según consideran varios analistas, para Lula, gobernar en el próximo período no le será tan sencillo ni tendrá tanto poder, ya que tuvo que negociar con varios sectores y correr su discurso izquierdista-progresista un poco hacia la derecha, debido a que el «bolsonarismo» ya se ha ganado un gran lugar en el corazón de los brasileños.
El primer desafío del líder izquierdista es que -a pesar de ganar la presidencia- la mayoría de los gobiernos regionales quedaron en manos de candidatos apoyados por el actual mandatario conservador, Jair Bolsonaro.
Los aliados de Bolsonaro gobernarán 13 de los 27 estados de Brasil, entre ellos San Pablo, el más poblado y rico del país, mientras que los apoyados por el ahora presidente electo regirán solo 10 regiones. El resto de las regiones serán gobernadas por políticos no apoyados por ninguno de los dos.
En tanto, los principales estados del país y también los más poblados -São Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro- serán gobernados por aliados de Bolsonaro.
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En este sentido, se puede esperar a que Lula lleve adelante un gobierno más bien moderado que los anteriores (2003-2010), no por convicción sino por necesidad. Asimismo, ya adelantó que va a tener un solo mandato y que no irá por la reelección.
En este marco, se puede inferir que el nuevo gobierno del exsindicalista de 77 años tendrá muchas similitudes al de Gabriel Boric en Chile o el Pedro Castillo en Perú, que hasta el momento no han podido avanzar en ninguna reforma progresista sustancial.
Lo que queda por verse es que si Lula -fundador del Foro de São Paulo junto a Fidel Castro- siendo un hábil político de carrera, puede lograr revertir esta tendencia.
Mientras tanto, decenas de jefes de Estado y de Gobierno a nivel mundial han enviado sus felicitaciones al líder izquierdista por su victoria ante Bolsonaro quien, hasta el momento, no se ha pronunciado ni ha reconocido su derrota.
Mapa político de la región
Con el resultado de ayer, la izquierda suma un importante bastión de América Latina y el mapa político queda prácticamente en «rojo comunista».
Solo quedaron pintados en azul (países que se asocian a la derecha) Uruguay, bajo la presidencia de Luis Lacalle Pou; Paraguay, bajo la presidencia de Mario Abdo; Ecuador, bajo el gobierno de Guillermo Lasso; Guatemala, bajo el gobierno de Alejandro Giammattei y El Salvador, bajo el gobierno de Nayib Bukele.
