En una definición ajustada, el expresidente izquierdista Lula da Silva se impuso en la primera vuelta de las elecciones presidenciales contra el actual presidente Jair Bolsonaro. La elección fue muy polarizada, ya que alrededor del 90% de los votos fueron hacia uno u otro candidato, quienes tendrán que enfrentarse en un ballotage el próximo 30 de octubre.
Los resultados sorprendieron a los medios de comunicación convencionales, ya que prácticamente todas las encuestas se equivocaron al indicar que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) ganaría en primera vuelta con más del 51% de los votos.
Con el 99,9% de los votos escrutados, el Tribunal Electoral de Brasil confirmó que las cifras quedaron en 48,43% para Lula da Silva y 43,20% para Bolsonaro.
A pesar de lo decían las encuestas, Lula no consiguió más de la mitad de los votos que esperaba para garantizar la elección este domingo 2 de octubre y sufrió duros reveses en algunos estados, como el estratégico Sao Paulo, el mayor colegio electoral de Brasil. Allí, Bolsonaro se impuso con el 47,7% de los votos frente al 40,8% de Lula.
En el emblemático estado de Río de Janeiro, tercer colegio electoral, la ventaja de Bolsonaro fue aún mayor, con el 50,9% frente al 40,7% de su rival político.
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Otra buena noticia para los bolsonaristas, es que el Congreso quedó con mayoría conservadora, es decir aliados de Bolsonaro. Por otro lado, las gobernaciones más importantes que se disputaban esta elección irán a ballotage entre candidatos de Bolsonaro y de Lula.
Mensajes de los candidatos
“Vamos a ganar las elecciones”, afirmó Lula en un discurso en un hotel de Sao Paulo, manifestando que esta es solo una «prórroga».
El líder del Partido de los Trabajadores se mostró optimista y recordó que nunca ganó unas elecciones en primera vuelta. Asimismo recalcó que hoy lunes comenzará a hacer campaña para conseguir la victoria el próximo 30 de octubre.
“Como mi cumpleaños es el 27 de octubre, tal vez lo reciba de regalo, como en 2002”, señaló el antiguo sindicalista. Esto, rodeado de algunos de sus más importantes colaboradores y de su mujer Rosângela “Janja” Silva.
Por su parte, Bolsonaro reconoció este domingo que las elecciones probaron que hay una “voluntad de cambio, pero ciertos cambios pueden ser para peor”.
“Tenemos una segunda vuelta por delante” y “podremos mostrarle a la población que la inflación está bajando” y que el Gobierno “no ha dejado de atender a los más pobres” mediante diversos subsidios que fueron aprobados en los últimos meses, dijo el mandatario, en declaraciones que dio a periodistas a la puerta de su residencia oficial en Brasilia.
Con un talante sereno y moderado, el líder conservador se mostró convencido de que en la campaña para la segunda vuelta tendrá más tiempo para explicarles a los brasileños que “un cambio por la izquierda siempre es peor», al tiempo en que puso como ejemplos los casos de Argentina, Chile y Colombia, países en los que la centro-derecha fue desplazada por líderes progresistas en los últimos tiempos, e insistió en que los brasileños “no pueden correr el riesgo de perder su libertad”.
Según Bolsonaro, con un posible regreso de Lula al poder “los brasileños no ganarán nada y, por el contrario, tendrán mucho que perder”, como por ejemplo «la libertad religiosa y el respeto que tiene su gobierno por «la familia» y los «valores tradicionales».
¿Tiene Bolsonaro chances de conseguir la reelección?
Las terceras fuerzas reunieron casi 10 millones de votos, que tendrán que optar por uno u otro lado. A su vez, se espera que otros 10 millones de votos que no sufragiaron en esta oportunidad lo hagan en la segunda vuelta.
Como el margen de ventaja de Lula da Silva sobre Bolsonaro es de algo más de 6 millones de votos, todo puede ocurrir en esta segunda vuelta del 30 de octubre pero -ciertamente- el líder conservador tiene chances de ganar.
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