El ejército alemán ayudará a las fuerzas del orden público a partir del 1 de octubre, lo que posiblemente resulte en pelotones que patrullen las calles y coincida con el regreso de los mandatos de máscara, solo para los no vacunados.
«La invasión rusa de Ucrania ha subrayado la necesidad de alinear más estrechamente la organización de la dirección de las fuerzas armadas con los requisitos de la defensa nacional y de la alianza», escribieron la ministra de Defensa, Christine Lambrecht, y el inspector general del Ejército alemán (Bundeswehr), Eberhard Zorn, en una Orden del Día conjunta publicada el 13 de junio.
«Con este fin, hemos decidido establecer un ‘Comando Territorial de la Bundeswehr (TerrFüKdoBw)’ en Berlín el 1 de octubre de 2022».
En adelante, el documento decía: “El comando está directamente subordinado al Ministerio Federal de Defensa y no es parte de un área organizativa”. También dijo: “Entre otras cosas, los comandos estatales, las fuerzas de seguridad nacional y el Centro de Cooperación Civil-Militar están subordinados al comando”.
Paz-Crisis-Guerra
“Con el establecimiento de TerrFüKdoBw, establecemos la capacidad de liderazgo territorial nacional en todo el espectro de ‘paz-crisis-guerra’”, decía el anuncio.
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“De esta manera, estamos creando las condiciones marco necesarias para cumplir mejor con nuestras diversas tareas y continuar haciendo nuestra contribución a la seguridad de nuestro país y al cumplimiento de nuestras obligaciones de alianza”, continuó.
Según el sitio web alemán DDB news, citando un memorando del Ministerio del Interior de Baviera, la cooperación civil-militar se describe de la siguiente manera:
“Se entiende por cooperación civil-militar la interacción de las fuerzas civiles y militares en todos los ámbitos imaginables. También está firmemente anclado en la protección civil y es la base para que la Bundeswehr sea un componente importante en el sistema de ayuda bávaro”.
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A pesar de la redacción imprecisa del documento, la idea de desplegar pelotones junto con varias operaciones civiles hizo sonar todas las alarmas con muchos comentaristas en las redes sociales.
«A partir del 1 de octubre, la policía alemana será reforzada con unidades del ejército. En pocas palabras, los militares saldrán a la calle», comentó un usuario de Twitter. «El ejército alemán recibió 100.000 millones de euros, parece que la población es el enemigo. ¿Vuelven los tiempos de Adolf?»
Desempolvando las mascarillas
Solo se puede especular sobre lo que implicarán las tareas de los militares. Aún así, el momento coincide con la renovación de los mandatos de mascarillas en espacios públicos y la posibilidad de extender la orden al aire libre si las circunstancias lo exigen.
Pero hay un problema: el mandato no se refiere a los vacunados. Simplemente pueden proceder con normalidad.
Esto es, si el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, se sale con la suya. Lauterbach acaba de terminar su propuesta de nueva legislación para sustituir la anterior norma temporal que expira el 23 de septiembre.
“El borrador de la nueva ley de protección contra infecciones está listo. Mascarillas FFP2 en interior desde el principio. Excepción: pruebas de detección, vacunación fresca o recién recuperado en gastro o similar”, anunció Lauterbach en Twitter el 3 de agosto.
“Si el número de casos aumenta considerablemente: Máscaras también afuera donde las distancias no son suficientes, y límites máximos (a la cantidad de visitantes permitidos) adentro”, agregó.
Ensayo general
La Bundeswehr ya había realizado un ensayo general en junio cuando varios escuadrones deambularon por las calles completamente armados, asustando a los lugareños de una ciudad en el sur de Alemania llamada Donaueschingen.
“Después de que se hayan dado las órdenes del comandante, los soldados de ambos lados de la carretera se están moviendo a pie hacia la estación de policía”, dijo el Ejército en un Comunicado de Prensa del 23 de junio.
El centro de comando dijo que se estaba preparando para una misión inminente en Malí y que querían practicar situaciones reales y realistas con guerra urbana y practicar posibles encuentros violentos.
Algunos observadores estaban más preocupados de que estuvieran condicionando a los civiles para que aceptaran soldados patrullando las calles y siendo revisados por sus credenciales.
