Una revista británica del sector informó de un aumento exponencial de los que roban por primera vez en las tiendas de Reino Unido, según la teoría de que está espoleado por la necesidad de cubrir las necesidades más básicas de la vida.
Sin embargo, lo que llama la atención es que hay una tendencia a que los ladrones sean novatos, afirma The Grocer. La mayoría de los robos se refieren a artículos personales y alimentos baratos, lo que indica una tendencia a robar para sobrevivir debido al aumento exponencial del coste de la vida.
El gerente de una tienda le dijo a la revista que los ladrones de tiendas hoy en día se aprovechan de los productos cotidianos, generalmente comestibles «que encontrarías en tu canasta semanal» a diferencia de lo que solían encontrar los dueños de tiendas, es decir, ladrones que venían por artículos caros y de lujo.
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El medio citó a otro analista minorista, Bryan Roberts, de Shopfloor Insights, quien dijo: «La situación definitivamente está empeorando» y dijo que la tasa de criminalidad estaba «fuera de serie».
“El regreso de ‘robar para comer’ en lugar de ‘poder permitirse comer’ es una prueba más de que necesitamos soluciones políticas eficaces que pongan ingresos suficientes en manos de las personas de manera digna para que la pobreza y el crimen no se conviertan en medios principales para asegurar los elementos esenciales más básicos de la vida”, dijo al periódico la profesora principal de la Universidad de Ulster, la Dra. Sinéad Furey.
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Clive Black, analista de Shore Capital, le dijo a The Grocer que «la tentación de robar en las tiendas probablemente crezca para algunos» a medida que suben los precios.
“Tiempos más difíciles traen un mayor riesgo, y en algunos casos, necesidad, de hurto, lo cual es un problema notable para los comerciantes, especialmente porque la policía es un participante desinteresado, a pesar de que las tiendas pagan tarifas exorbitantes”, dijo Black.
Añadió: “El gobierno muestra poco interés real en estos asuntos, mientras que los tribunales y el sistema penal no pueden hacer frente a delitos graves, por no hablar de asuntos más mundanos, como robar en una tienda”.
“Es un síntoma de un sistema fallido, lamentablemente”, dijo. “Entonces, dentro de los límites, los comerciantes tienen que tratar de controlar las cosas”.
La misma historia en Estados Unidos
En EE. UU., es la misma historia, aunque el mayor aumento en el robo ya ocurrió en tiempos previos a la pandemia, 2019, cuando las pérdidas por hurto en tiendas se dispararon a 61 mil millones de dólares, lo que representa un aumento de 11 mil millones de dólares en comparación con el año anterior, declaró New York Post.
La normativa COVID supuso un reto nunca antes visto para los propietarios de las tiendas, ya que los mandatos de las máscaras permitían a los ladrones ir de incógnito y robar, lo que dificultaba aún más la identificación de los delincuentes.
Curiosamente, durante los cierres de 2020 y 2021, junto con las cifras de ventas, el hurto en tiendas también cayó. Sin embargo, una vez que se levantaron las medidas, los ladrones de tiendas regresaron, en mayor número.
Casi la mitad de todos los estados han subido el listón de los delitos graves de hurto en tiendas minoristas. En 38 estados, el umbral se establece en $1,000 por una cantidad total de bienes robados antes de que se considere un delito grave. Además de eso, los $1,000 solo se aplican a una sola redada en la tienda. Los reincidentes lo saben y tienen muy poco que temer mientras se mantengan por debajo del punto de referencia.
Otras consecuencias «involuntarias» de otras normativas gubernamentales también echaron leña al fuego. La mayoría de los estados han flexibilizado las leyes de fianza, lo que significa que los delincuentes vuelven a las calles en poco tiempo.
Otros factores que contribuyen al aumento de los robos y hurtos en las tiendas son la falta de personal por el aumento de las bajas laborales y la ausencia de normas que impidan a los ladrones vender sus productos por Internet.
