El miércoles 27 de abril por la mañana, el presidente Emmanuel Macron fue «bombardeado» con tomates cuando intentaba reunirse con miembros del público, durante una visita a un mercado en los suburbios parisinos, puntualmente en la comuna de Cergy.
Macron, de 44 años, parecía no darse cuenta del agravio hasta que alguien en la multitud gritó «proyectil» y los guardaespaldas levantaron los brazos sobre la cabeza del líder francés para cubrirlo.
Luego, alguien desplegó un paraguas negro parcialmente roto para protegerlo, y su equipo de seguridad lo condujo a cubrirse bajo una sombrilla de un puesto de mercado cercano. El presidente se refugió allí por unos momentos hasta que las cosas se calmaron.
La visita al mercado en la prefectura de Val-d’Oise fue la primera interacción que el jefe de Estado ha tenido con el público desde que aseguró el domingo un segundo mandato por cinco años, según un informe de la emisora francesa BFMTV.
Antes de la incómoda recepción, Macron dijo sobre su visita a Cergy: “Este viaje ilustra la voluntad del presidente de la República desde 2017 de ir sobre el terreno, en contacto con los franceses, para intercambiar con ellos, escuchando sus inquietudes, expectativas y necesidades”.
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Esta no es la primera vez que el mandatario francés recibe este tipo de protestas. Hace unos meses fue abofeteado públicamente por un autodefinido “patriota” cansado de las políticas globalistas del gobierno. Meses después otro hombre le arrojó un huevo.
Los ataques a funcionarios públicos en Francia también han aumentado en general en los últimos años. Un informe publicado en mayo de 2021 revela que hubo 1276 actos de agresión contra alcaldes franceses en 2020, el triple que el año anterior.
El domingo 24 de abril en el balotaje celebrado en Francia, Macron se impuso sobre su oponente de derecha Marine Le Pen, por un margen de 58,5 a 41,5 por ciento.
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A pesar del margen, Francia ya ha visto disturbios generalizados, con grupos de izquierda organizando protestas luego de la reelección de Macron. También circulan denuncias de irregularidades en la elección.
Las encuestas previas mostraban un margen mucho más estrecho entre ambos candidatos y un gran apoyo de los jóvenes hacia Le Pen.
La victoria convierte a Macron en el primer presidente francés en ganar un segundo mandato en dos décadas, el primero desde Jacques Chirac, quien dejó el cargo en 2007.
Macron contaba con el apoyo del espectro político nacional -a excepción del partido Reconquista de Éric Zemmour-, de los políticos occidentales, multinacionales, finanzas, grandes medios y mundo de la cultura. A pesar de esto, perdió una importante proporción del voto.
Durante un mitin después de la votación, la candidata nacionalista Le Pen hizo hincapié en que los resultados «representan una victoria impresionante».
«Millones de personas votaron por el campo nacional y por el cambio», agregó.
