El gobernador de Florida, Ron DeSantis, emitió el martes una proclamación oficial en la que reconoce a Emma Weyant, nativa de Florida y nadadora de Virginia, ganadora de las 500 yardas libres en el campeonato universitario nacional NCAA la semana pasada, y no a la nadadora transgénero de la Universidad de Pensilvania, Lia Thomas.
Weyant, fue segunda, solo por un segundo y medio por detrás de Thomas, de 22 años, que hizo historia al convertirse en la primera transexual que gana un campeonato nacional de natación, en este caso de la NCAA Division I femenina.
Pero según explicó el gobernador republicano de Florida, Weyant fue la “ganadora legítima” de la competencia.
Weyant nadó los 500 libres en 4:34.99, la mejor marca de su carrera. Thomas hizo 4:33.24.
Weyant, de Sarasota, no es una nadadora universitaria cualquiera. El verano pasado, fue miembro del equipo de natación de Estados Unidos y ganó una medalla de plata en los 400 metros individuales en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 cuando tenía 19 años.
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«En Florida, rechazamos estas mentiras y reconocemos a Emma Weyant, de Sarasota, como la mejor nadadora femenina en los 500 yardas libres».
El tuit iba acompañado de la proclamación en la que DeSantis cita la Ley de Equidad en el Deporte Femenino, que firmó en junio de 2021 y que «especifica que un equipo o deporte atlético designado para las mujeres no puede estar abierto a los estudiantes del sexo masculino, basándose en el sexo biológico del estudiante que figura en el certificado de nacimiento oficial del estudiante en el momento del nacimiento».
Ventajas biológicas de los llamados mujeres trans
Rowdy Gaines, analista de natación de la ESPN en la NCAA, sabía que no había nada que pudiera hacer la estudiante de primer año de Virginia, Emma Weyant, para alcanzar a la nadadora transexual de Pennsylvania, Lia Thomas, en los últimos 100 metros de los 500 libres del jueves por la noche en los Campeonatos de la NCAA en Atlanta, donde la trayectoria de la equidad en los deportes femeninos dio un gran paso atrás.
«Ahí es donde [Lia Thomas] realmente tomó el control de la carrera», dijo Gaines, que ha sido analista de natación olímpica desde 1996, durante la cobertura de ESPN del jueves por la noche. «Emma Weyant hizo todo lo que pudo para aguantar, e hizo un trabajo espectacular al quedar segunda», añadió Gaines.
Thomas forma parte de la Universidad de Pensilvania, de la que un grupo de 16 integrantes del equipo femenino de natación pidió en febrero por carta que la nadadora trans fuera excluida de la competición de la Ivy League al considerar que tiene ventajas biológicas.
Thomas ha borrado los récords de la liga universitaria que impusieron nadadoras legendarias como Missy Franklin o Katie Ledecky ya que saca media piscina de distancia a sus competidoras.
En dicembre de 2021, el joven transgénero de 22 años rompió dos marcas históricas de natación en los Estados Unidos.
En Ohio (EEUU), durante la competición Zippy Invitational en la Universidad de Akron, Thomas se impuso en la categoría de 1650 yardas libres (1500 metros).
El nadador trans superó la competición de 500 yardas estilo libre (450 metros) en 4 minutos 34 segundos y se impuso en la de 200 (180 metros) que realizó en tan solo 1 minuto 41 segundos: siete por delante de su rival más cercana.
Esta marca supone el tiempo más rápido en la historia de la categoría femenina en los Estados Unidos.
A medida que Thomas continúa batiendo récords en eventos femeninos, la indignación social se incrementa por momentos.
La entrenadora de rendimiento deportivo Linda Blade mostró su inconformidad cuando Thomas rompió esos récords en diciembre:. “¡Claro que se están rompiendo los récords de las mujeres! Lia compitió como hombre durante los primeros tres años en la NCAA, y eso no está bien”, declaró.
Además, señala que es un ejemplo más de lo que ocurre cuando se iguala a los desiguales. Cuando Thomas competía con los de su mismo sexo, o sea, contra los hombres, antes de su «conversión», su rendimiento fue siempre mediocre, lo que indica las grandes y definitivas diferencias biológicas entre el sexo femenino y el masculino.
«Las mujeres deportistas están viendo cómo su duro trabajo y sus sueños de toda la vida son arrancados por varones biológicos que no tienen el talento suficiente para ser competitivos en los deportes masculinos», declaró a Fox News, Gina Ciarcia, madre de cinco hijos que se presenta como candidata al Congreso por el séptimo distrito electoral de Virginia. Ciarcia se refirió al hecho de que Thomas, que compitió como varón antes de enfrentarse a las mujeres, ocupó el puesto 462 en la natación masculina, según las compañeras de Thomas.
La reconocida escritora británica Jane Harris, lo resumió de esta manera :
Antes -2019:
Thomas ocupa el puesto 462 compitiendo contra hombres
2019-2020:
Thomas se ‘identifica’ como mujer y hace una ‘transición’
2021:
Thomas se clasifica como número 1, compitiendo contra mujeres
“¡Prueba positiva de que los hombres no tienen ninguna ventaja biológica cuando compiten en deportes femeninos!”
El debate sobre la participación de Thomas en las competiciones femeninas ha estado candente desde entonces.
La historia de Thomas fue destacada, y surgieron múltiples preguntas. ¿Cómo es justo que una nadadora que sufrió la pubertad masculina compita contra mujeres biológicas? ¿No debería Thomas tener la oportunidad de competir? Obviamente, hay diferentes opiniones sobre el tema.
La olímpica Erica Sullivan, que nadó contra Thomas, escribió una carta de apoyo.
Lia compitió como Will Thomas hasta 2019, cuando comenzó un proceso de cambio de sexo.
Cuando cumplió el año de tratamiento de inhibición de la testosterona que exige la liga universitaria en estos casos, Lia pudo participar sin limitaciones en las pruebas femeninas.
Los padres del equipo de natación femenino de la Universidad de Pensilvania estallaron de furia y exigen a la NCAA que cambie las reglas que han permitido a la nadadora transgénero Lia Thomas dominar la competencia, declarando que «aquí está en juego la integridad de los deportes femeninos».
En un fragmento de la carta los padres señalaron:
“Los padres, los entrenadores, los nadadores y las personas racionales y lógicas saben que esto es tremendamente injusto. Las nadadoras no han consentido esto. De hecho, muchas de ellas han dicho expresamente que no. ¿Qué respuesta han recibido?
Que se callaran. Una nueva ideología se impuso. «Las mujeres trans son mujeres», sin excepciones; (y) las preocupaciones de las chicas: (es) «transfóbico».
Los padres también se refirieron a lo incómodo que eran los vestuarios con la desnudez masculina.
Asimismo refirieron que las asociaciones deportivas se preguntan con cautela: ¿Cómo equilibrar la equidad y la inclusión? Y piden a los científicos que les digan cuál es el nivel exacto en el que el cuerpo de un hombre debe estar debilitado para competir de forma justa contra las mujeres.
“Pero están haciendo las preguntas equivocadas”, dijeron los padres. “Estas preguntas son misóginas, degradantes y deshumanizadoras para las mujeres. No hay un equilibrio de equidad que evaluar. Las mujeres merecen una equidad sin reservas, y no se les debe pedir que carguen con la salud mental de los demás a su costa. Un cuerpo masculino no puede convertirse en un cuerpo femenino. Una mujer no es un hombre en desventaja”.
En la conclusión de su carta los padres expresaron:
“Los límites de las mujeres, los cuerpos de las mujeres, su trato justo, el respeto y la dignidad no pueden ser reimaginados por los hombres. Las mujeres y las niñas no son un daño colateral aceptable en el cambio social”.
“Es hora de defender a las mujeres”.
También hace unos dias, 16 miembros del equipo femenino de natación de la Universidad de Pensilvania enviaron una carta a la escuela y a las autoridades de la Ivy League en contra de la participación de su compañera de equipo transgénero Lia Thomas.
La carta fue redactada por Nancy Hogshead-Makar, ex nadadora olímpica, y dice que lo hace en nombre de 16 nadadoras de Pennsylvania, que no quieren por miedo dar su nombre porque temen represalias.
“Lo que más les preocupa es que la dirección se centre en Lia y no en los otros 40 miembros del equipo”, dijo. “Les han dicho que si hablan nunca tendrán trabajo, la gente verá su nombre en Internet y dirá: transfóbica, no la queremos”, denuncia Nancy Hogshead.
“Ni siquiera se tapa los genitales al cambiarse”, había denunciado La Razón.
“Cuando los funcionarios permiten que Lia Thomas exponga sus genitales masculinos a mujeres en el vestuario se viola el Código 3127 de Pensilvania y el Título IX de Acoso Sexual” afirman las compañeras de Lia.