Un grupo subversivo de encapuchados irrumpió violentamente en la Catedral Primada de Bogotá el pasado domingo 20 de marzo, en plena misa.
Federico (Fico) Gutiérrez, candidato presidencial señaló en su cuenta de Twitter: “Hasta la fe nos quieren expropiar”.
El engaño de la izquierda colombiana
Tras el ataque, el candidato de izquierda Gustavo Petro respondió alegando que su agrupación política fue la que defendió la libertad de culto.
A lo que David Ghitis, creador de La Bodeguita TV, le respondió: «A) usted no formó parte de la Asamblea Constituyente. No diga ‘nosotros’, pues es esa la forma de engañar. B) el derecho a la libertad de culto lo presentó Arturo Mejía Borda, constituyente representante de movimientos cristianos. Él sí puede decir ‘nosotros’».
Los medios colombianos señalaron a la principal señalada por haber irrumpido en la Catedral como ‘Simona’, que apareció en una rueda de prensa junto al candidato electo como representante a la Cámara por el Pacto Histórico, Alirio Uribe.
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Alirio Uribe, estuvo también frente al hotel donde se celebró el Foro Madrid en Bogotá el mes pasado, evento que fue atacado violentamente por estas mismos “revolucionarios” de la izquierda.
Los hechos desmienten a Petro.
El periodista Gustavo Rugeles, director de El Expediente, afirmó que Simona es la responsable y que lo hizo con varios referentes del Pacto Histórico.
De acuerdo con El Expediente, Giovanna Balyd Ramírez Verdugo (Simona), se graduó de artes gráficas en la Distrital donde fue reclutada por los grupos radicales comunistas.
Protagonizó ataques contra la Revista Semana, Caracol Radio y el más reciente contra la Catedral Primada de Bogotá.
De acuerdo con informes de inteligencia, Simona es una de las articuladoras de las Asambleas Populares, una especie de evolución de las primeras líneas y los escudos azules, grupos que sembraron el terror en Bogotá durante las protestas violentas del 2021.
Hechos que como se sabe ya han dejado varios capturados como alias 19 quien recibía órdenes y financiación del grupo terrorista ELN.
Los rostros de los miembros del Pacto Histórico quedaron todos develados en su participación en los violentos hechos.
Gustavo Petro es el candidato presidencial del Pacto Histórico, una coalición política de izquierda.
“Señor Petro la responsable es alias ‘Simona’ @Simona_Simo_ Primera Línea quien aparece en videos con parlamentarios electos de su partido ‘Pacto Histórico’ Susana Boreal (representante electa a la Cámara por Antioquia el Pacto Histórico).
“Esos colectivos como @RAR_Oficial son la maquinaria electoral de Francia Marquez Mina (candidata presidencial de Gustavo Petro por el Pacto Histórico)”, le contestó a Petro el periodista Gustavo Rugeles, director de El Expediente.
El presidente Iván Duque condenó lo sucedido.
“Indigna la violación a la libertad de cultos, la agresión a las creencias de otros y la intención de pisotear un templo sagrado. Esto es lo que hacen los violentos e intolerantes que quieren imponer su criterio. Responsables responderán por esos hechos. La fe de todos se respeta”.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, (de centroizquierda) también rechazó la violencia dentro del templo sangrado, y lo hizo compartiendo una publicación de ‘Simona’, quien asume la culpabilidad de los actos.
En un reporte de lo acontecido el domingo en la Catedral de Bogotá, Panam Post señaló que la izquierda busca darle al Estado el poder de arrebatar la vida.
Para ello buscan destruir a la Iglesia como base moral de la sociedad, puesto que pretenden darle dotes divinos al Estado, desde dador (y sobre todo arrebatador) de vida hasta emisor del maná del cielo.
«El marxismo no solo es beligerantemente ateo, sino que busca destruir la religión porque cree que la misma es el ‘opio de los pueblos’, es decir, porque apoya una moral ‘burguesa’ que desaprueba el engaño, la mentira, la traición, la ilegalidad, la confiscación, la violencia», explicó décadas atrás el economista Henry Hazlitt.
“Dios ha muerto”, pintaron los manifestantes de izquierda sobre las iglesias de Chile, durante las revueltas que comenzaron en octubre de 2018.
Los revoltosos repetían la frase del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
Sin embargo, la frase de Nietzsche no es una celebración sino un lamento. Nietzsche advirtió cómo con la muerte de Dios surgiría con mayor poder el monstruo más frío: el Estado.
El filósofo francés Albert Camus, expuso cómo el nihilismo de Nietzsche conduciría a los peores genocidios, pues al no poder dar vida, el Estado asumiría el poder divino de determinar desde y hasta cuándo tiene valor la vida.
Fue lo que hizo la violenta Simona al irrumpir en la Catedral de Bogotá, gritó dentro de la iglesia para exigir: “aborto legal”, según Panam Post.
Simona es parte de la «primera línea», protagonista de las revueltas izquierdistas que han azotado a la región desde 2019, tanto en Colombia como en Chile y Ecuador. Es la versión colombiana de los llamados «colectivos» chavistas.
Durante semanas, turbas de la izquierda destrozaron las capitales y otras ciudades de estos tres países, atacaron a las fuerzas del orden y, en Chile, incendiaron iglesias, las saquearon y destrozaron su interior.
El comunismo es una religión malvada
El comunismo es una “religión malvada” que busca socavar la sociedad estadounidense, según el activista e investigador anticomunista Trevor Loudon.
“Ellos [los comunistas] dicen que son ateos, pero en realidad están apoyando a Satanás”, dijo recientemente Loudoun al programa “China Insider” de EpochTV, de The Epoch Times.
De acuerdo con Loudon la misión de Satanás es derribar las tres instituciones conferidas por Dios para gobernar a la humanidad, son: la familia, la iglesia y el gobierno civil.
“Se trata de la revolución de derrocar todas esas instituciones divinas y sustituirlas por instituciones comunistas satánicas”, dijo Loudon.
En el caso de Estados Unidos, Loudon explicó que los socialistas descubrieron que la vía para derrocar a EE. UU. era por medio de debilitar, socavar y destruir la religión.
El poder de la nación estadounidense se apoyaba en la moral, no en el ejército ni el sistema político.
“Piensan que es la religión, es el cristianismo, esa es la fuerza, la fuerza moral de Estados Unidos, y es la ética cristiana lo que ha hecho a Estados Unidos tan grande y fuerte como es”, dijo Loudon.
La maldad [el comunismo] busca destruir la fe de las personas en Dios y reprimir a las personas que creen en Dios
“Tienen que hacerlo para reemplazar eso con su forma de Dios, que es el gobierno”.
Como resultado el ser humano buscaría orientación en el gobierno civil, en lugar de en Dios o en la religión.
Un acercamiento al mismo asunto es ofrecido por el profesor Paul Kengor, del Grove City College.
Para Kengor, lo que sucede al interior de EE. UU. con los disturbios de Antifa y Black Lives Matter, y el increíble abrazo de esta gente por parte de las figuras políticas y corporaciones estadounidenses, así como la “reciente y estremecedora adopción” de políticas marxistas radicales por parte del otrora dominante Partido Demócrata, son muestras del avance del comunismo.
“Las acciones de estos “manifestantes” sólo pueden ser descritas como demoníacas”, dijo.
“Están literalmente quemando Biblias, intentando incendiar edificios gubernamentales con oficiales de policía adentro, mientras bloquean las rutas de escape, atacando brutalmente a civiles inocentes que tratan de proteger a otros bajo ataque, y matando a tiros a los transeúntes, como una joven madre que tuvo la temeridad de decir la cosa más sensata: “Todas las vidas importan”, afirmó Kengor, “estos son los comportamientos demoníacos de los individuos”.
En su libro, “El Diablo y Karl Marx”: La prolongada marcha de la muerte, el engaño y la infiltración del comunismo”, Kengor detalla cómo la literatura temprana de Marx y revela un hombre cuyos escritos estaban repletos de himnos a Satanás.
De igual manera los marxistas, comunistas y socialistas han demostrado una afinidad similar con el diablo desde que Marx dio a luz su filosofía infernal.
La ideología de Marx, sea en sus manifestaciones comunistas o socialistas, como sistemas de gobierno, ha llevado a más muerte y sufrimiento humano que cualquier otro sistema político.
Segun el “Libro Negro del Comunismo” de Harvard, 100 millones perecieron en manos de los comunistas.
Estimaciones más realistas lo ubican en alrededor de 140 millones.
Pero como Kengor señala: “solo Dios, y tal vez el diablo, conoce la cifra real, ya que incluso esas estimaciones pueden ser bajas”.