El gobierno de Biden está considerando la posibilidad de prohibir las importaciones estadounidenses de petróleo crudo ruso mientras el Congreso trabaja para aprobar tales restricciones para castigar a Rusia por su invasión de Ucrania.
«Se están llevando a cabo conversaciones dentro de la administración y con la industria del petróleo y el gas de Estados Unidos sobre el impacto que tal medida tendría en los consumidores estadounidenses y en el suministro mundial», informó Bloomberg.
A principios de esta semana, la Casa Blanca desestimó tales sugerencias de los legisladores, sin embargo, la presión para una prohibición está aumentando junto con la indignación estadounidense por la invasión de Rusia y los legisladores han dejado claro que actuarán; sólo que no está claro qué pueden hacer.
Cecilia Rouse, la presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, dijo a los periodistas en una reunión informativa: «Estamos estudiando las opciones que podemos tomar ahora mismo, si reducimos el consumo de energía rusa por parte de Estados Unidos, pero lo más importante es que mantengamos un suministro estable de energía mundial».
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Los datos de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos muestran que el año pasado, el petróleo ruso representó alrededor del 3 por ciento de todos los envíos de crudo que llegaron a Estados Unidos y, según la firma de inteligencia Kpler, las importaciones estadounidenses de crudo ruso en lo que va de 2022 han caído al ritmo anual más lento desde 2017.
Si se consideran otros productos petrolíferos, como el fueloil sin terminar que se puede utilizar para producir gasolina y diésel, los productos rusos representaron alrededor del ocho por ciento del total de las importaciones de petróleo de 2021.
La Casa Blanca está tratando de evaluar si la prohibición de las importaciones de crudo ruso realmente perjudicaría a la economía rusa, «o si el crudo simplemente iría a otros mercados e impulsaría los precios de la gasolina en Estados Unidos», informó Bloomberg.
David Welch, economista jefe del proveedor de datos petroleros Vortexa Ltd dijo que «cualquier restricción a los flujos rusos causaría dolor exclusivamente en el lado del comprador porque los rusos pueden colocar fácilmente su fuel en China o India», y añadió que «eso pondría a Estados Unidos en una posición difícil por el impacto en los precios de la gasolina».
La economía rusa ya está siendo sacudida por las sanciones financieras que han hecho crujir el rublo y han detenido el comercio de acciones en el país, sin embargo, el Congreso está tratando de hacer sufrir más a la economía rusa.
En un movimiento bipartidista, los senadores Joe Manchin, demócrata, y Lisa Murkowski, republicana, han presentado una legislación que básicamente bloquearía el flujo de petróleo y gas ruso hacia Estados Unidos.
Además, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se ha unido a los republicanos para apoyar la idea.
Según se informa, el presidente Joe Biden está en estrecho contacto con Manchin sobre la propuesta, que el Senado ha permitido evitar el proceso de comisión.
El jueves, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, se pronunció en contra de la legislación propuesta diciendo: «Nuestro objetivo y el del presidente ha sido maximizar el impacto sobre Rusia minimizando el impacto para nosotros y nuestros aliados y socios», y añadió que «no tenemos un interés estratégico en reducir el suministro global de energía, y eso elevaría los precios en el surtidor de gasolina para el pueblo estadounidense, en todo el mundo».
Sin embargo, Psaki añadió: «Seguimos estudiando otras opciones que podríamos tomar ahora mismo para reducir el consumo de energía rusa por parte de Estados Unidos».
