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Hillary Clinton pagó para espiar la campaña de Trump y plantar evidencia falsa de un vínculo con Rusia, según informe del fiscal Durham

Published: 14 de febrero de 2022
El expresidente Donald Trump habla con sus seguidores durante un mitin en el recinto ferial del estado de Iowa el 9 de octubre de 2021. (Imagen: Scott Olson a través de Getty Images)

Durante su campaña en 2016, Hillary Clinton pagó a un ejecutivo de tecnología para espiar la campaña y las comunicaciones privadas de Donald Trump, con el fin de plantar evidencia falsa para vincularlo con Rusia, según el fiscal especial John Durham.

«Tal y como se recoge en el escrito de acusación, el 19 de septiembre de 2016 -menos de dos meses antes de las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos- el acusado, abogado de un gran bufete de abogados internacional («Bufete-1″) que en ese momento actuaba como asesor de la campaña de Clinton, se reunió con el Consejero General del FBI en la sede de este organismo en Washington, D.C.», señala la acusación realizada por John Durham, el 12 de febrero.

«El acusado proporcionó al Consejero General del FBI supuestos datos y «libros blancos» que supuestamente demostraban un canal de comunicaciones encubierto entre la Organización Trump y un banco con sede en Rusia («Banco ruso-1″)».

Durham anunció que un gran jurado federal presentó una acusación en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito de Columbia contra Michael Sussmann, de 57 años, un abogado con sede en Washington, D.C.

Al asegurarle a Baker que no estaba trabajando para ningún cliente, incurrió en una declaración falsa a un agente federal, lo cual es un delito federal que puede ser sancionado con varios años de prisión.

«La acusación alega que el acusado mintió en esa reunión, declarando falsamente al Consejo General del FBI que no estaba proporcionando las acusaciones al FBI en nombre de ningún cliente», continúa la acusación. «De hecho, el acusado había reunido y transmitido las alegaciones al FBI en nombre de al menos dos clientes específicos, incluyendo (i) un ejecutivo de tecnología («Tech Executive-1») en una empresa de Internet con sede en Estados Unidos («Internet Company-1″), y (ii) la campaña de Clinton».

Además, la acusación aclara que “esta declaración fue intencionadamente falsa y engañosa”.

Conformación de la evidencia falsa

Para conformar su evidencia falsa, desde julio de 2016, Sussmann trabajó con el mencionado ejecutivo tecnológico estadounidense, junto con otros ciber investigadores, y con una empresa de investigación con sede en EE. UU., para reunir los datos y redactar los libros blancos que Sussmann presentó al FBI y a los medios de comunicación.

En el caso del mencionado en la acusación como “ejecutivo de tecnología”, usó su acceso a datos no públicos en múltiples empresas de Internet, y consiguió la ayuda de investigadores de una universidad con sede en EE. UU. que estaban recibiendo y analizando datos de Internet sobre ciberseguridad para identificar a los autores de ciberataques maliciosos y proteger la seguridad nacional de ese país.

De acuerdo con la acusación, se encargó a los investigadores que extrajeran estos datos de Internet para establecer «una inferencia» y una «narrativa» que vinculara a Trump con Rusia, y “que el ejecutivo creía que complacería a ciertas ‘personalidades’”, dice el Departamento de Justicia sobre la acusación.

También se alega que Sussmann, su bufete de abogados y el ejecutivo de tecnología se coordinaron con representantes y agentes de la campaña de Clinton con respecto a los datos y materiales escritos que Sussmann entregó al FBI, a otra agencia del gobierno, y a los medios de comunicación.

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El Comité Nacional Demócrata

En abril de 2016, o en torno a esa fecha, el Comité Nacional Demócrata («DNC») contrató a Sussmann para que lo representara en relación con el hackeo de sus servidores de correo electrónico por parte del gobierno ruso.

En relación con su representación del DNC como víctima de un hackeo, el acusado se reunió y se comunicó regularmente con el FBI, el Departamento de Justicia y otras agencias gubernamentales estadounidenses. En el mismo período de tiempo o en torno a él, Sussmann también asesoraba a la campaña de Clinton en relación con cuestiones de ciberseguridad.

De acuerdo con la acusación, una firma de abogados que no se menciona su nombre, el “Bufete de abogados I”, fue en todo momento relevante para esta acusación. Se trata de un bufete de abogados internacional con sede en Estados Unidos.

En abril de 2015, o alrededor de esa fecha, la campaña de Clinton contrató a ese bufete como su asesor para las elecciones presidenciales de 2016. Un socio del Bufete-I («Abogado de la Campaña Abogado-I») actuó como asesor general de la Campaña Clinton.

Como parte de sus esfuerzos para ayudar a la Campaña Clinton y al DNC, el Bufete-I, contrató a un bufete de investigación concreto (el «bufete de investigación de EE.UU.») para que recabara información sobre los supuestos vínculos de Trump con Rusia.

A lo largo de la campaña presidencial, el bufete de investigación de EE. UU. trabajó con el Bufete-1, miembros de los medios de comunicación y otros, para reunir y difundir supuestas pruebas de los vínculos de Trump con Rusia.

Luego de julio de 2016, y como parte de una relación abogado-cliente, Sussmann y el ejecutivo en tecnología Executive-I, participaron en los esfuerzos con el abogado de la campaña de Clinton “Abogador -I», y otros individuos de la campaña, para compartir información sobre los datos bancarios rusos con los medios de comunicación y otros, alegando que demostraba la existencia de un canal de comunicación secreto entre la Organización Trump y el Banco Ruso-1.

Durham también indicó que entre finales de 2016 y principios de 2017 el ejecutivo de tecnología y los mencionados en la acusación como Executive-I, Originator-I, e Investigador-2, siguieron recopilando información y datos adicionales en relación con las alegaciones del Banco Ruso-I, y recopilaron otros supuestos datos relacionados con las redes informáticas de Trump.

Donald Trump hablando en la CPAC 2011 en Washington, D.C. Fuente Gage Skidmore, Flickr, Creative Commons.

Luego esa información fue proporcionada a otra agencia del gobierno que no es el FBI, e incluyó “acusaciones adicionales relacionadas con Trump”.

Las afirmaciones que Sussman proporcionó en una reunión en febrero de 2017 se basaron en “el supuesto tráfico de DNS que el ejecutivo de tecnología y otros, que habían reunido en relación con la Torre Trump y el edificio de apartamentos de Donald Trump en Nueva York”.

Clinton paga por el proceso de creación de la evidencia falsa

Los detalles de las reuniones de trabajo antes mencionadas realizadas entre Sussmann y sus colaboradores están recogidas en la acusación en la parte llamada cómo Sussmann factura a la campaña de Clinton por sus comunicaciones con el ejecutivo técnico-I y el Abogado de la campaña- I.

Por ejemplo, en torno al 5 de septiembre de 2016, Sussman comenzó a facturar el trabajo de la redacción del mencionado libro blanco.

Facturó este trabajo a la Campaña Clinton con una descripción de facturación que decía, «trabajo en el libro blanco; seguimiento de conferencias telefónicas y correo electrónico».

En torno al 6 de septiembre de 2016, Sussmann continuó trabajando en el libro blanco.

En esa misma fecha, o alrededor de ella, Sussmann también se reunió con representantes de la firma de investigación y se comunicó con los medios de comunicación.

Facturó este trabajo a la Campaña Clinton con la siguiente descripción: «Reunión con el consultor [y el abogado de la campaña 1 ]; revisiones del libro blanco; reunión con el experto; reunión con el experto y el periodista; reunión de seguimiento con el periodista; conversaciones con [el abogado de la campaña-I]».

El 7 de septiembre de 2016, o alrededor de esa fecha, Sussmann continuó trabajando en el libro blanco.

Facturó su tiempo por ese trabajo a la Campaña de Clinton con la descripción de facturación,
«Reuniones y otras comunicaciones relacionadas con el proyecto confidencial; trabajo en materiales escritos».

El 14 de septiembre de 2016, o alrededor de esa fecha, cinco días antes de su reunión con el FBI, Sussmann continuó trabajando en el libro blanco.

También se reunió con el ejecutivo de tecnología («Tech Executive-1») en el despacho de Sussmann.

En la misma fecha, facturó ese tiempo a la Campaña Clinton con la descripción de facturación «Múltiples reuniones en relación con el proyecto, borrador de libro blanco []», y a la empresa Internet-I, con la descripción de facturación «comunicaciones relativas a un proyecto confidencial».

En octubre de 2016, a solo un mes de las elecciones presidenciales, los más importantes medios de comunicación de EE. UU. reportaron acerca del falso vínculo de Trump con Rusia.

Entre la información que reportaron se decía «que dos servidores del [Banco Ruso-1] enviaron más de 2.700 mensajes de ‘búsqueda’… a un servidor conectado con Trump, a partir de la primavera».

Los contactos que Sussmann tuvo con los medios también se los facturó a la campaña de Clinton.

Por ejemplo, Sussmann facturó todo el trabajo que realizó el 17 de septiembre de 2016, o en torno a esa fecha, a la campaña de Clinton con la descripción de facturación «Múltiples conferencias telefónicas y otras comunicaciones con expertos, medios de comunicación; comunicaciones con [el abogado de la campaña-I]», según la acusación presentada por el fiscal especial John Durham.

Asimismo, también facturó a la campaña de Clinton la preparación de la reunión con el FBI, y el tiempo de la reunión.

En nombre de sus clientes, luego de la reunión con el FBI, Sussmann continuó coordinando con el “Ejecutivo Tecnológico -I, el “Abogado de Campaña -1, y la empresa de investigación para difundir las acusaciones del Banco Ruso-1 a los medios de comunicación.

Por ejemplo, el 10 de octubre de 2016, o alrededor de esa fecha, envió por correo electrónico a Reporter-I un enlace a un artículo de opinión que afirmaba, en esencia y en parte, que los reporteros de investigación de Periódico-1, no habían publicado tantas historias relacionadas con Trump como otros medios de comunicación. Otros ejemplos se pueden ver en la acusación.

Además, siguió facturando su tiempo por ese trabajo a la campaña de Clinton. Con la evidencia falsa se instauró la desacreditada calumnia política de que Donald Trump tenía un cable bancario secreto con un banco de Moscú vinculado a Putin llamado Alfa Bank.

El abogado de Clinton, Michael Sussmann, utilizó las falsas acusaciones para argumentar que el gobierno federal debía vigilar la campaña de Trump.

Luego de la reunión el FBI abrió una investigación en base a la información proporcionada por Sussmann contra Trump.

FBI desmiente vínculo de Trump con Rusia

La acusación de John Durham alega además que la falsa declaración de Sussmann engañó al personal del FBI, y privó a éste de información que podría haberle permitido evaluar y descubrir los orígenes de los datos y análisis pertinentes, incluidas las identidades y motivaciones de los clientes de Sussmann.

El FBI al final determinó que no había pruebas suficientes para respaldar las acusaciones acerca de un canal de comunicación secreto entre Trump y el banco con sede en Rusia.

En particular, y entre otras cosas, la investigación del FBI reveló que el servidor de correo electrónico en cuestión no era propiedad de la Organización Trump ni era operado por ella, sino que había sido administrado por una empresa de correo electrónico de marketing masivo que enviaba anuncios para los hoteles Trump y otros cientos de clientes.

Luego de hacerse pública la acusación, el expresidente Donald Trump emitió un comunicado.

«El último alegato del fiscal especial Robert Durham [sic] proporciona pruebas irrefutables de que mi campaña y mi presidencia fueron espiadas por agentes pagados por la campaña de Hillary Clinton en un esfuerzo por desarrollar una conexión completamente fabricada”, escribió.

Actualmente, el caso está siendo procesado por el Consejero Especial Adjunto Andrew DeFilippis, y el Consejero Especial Adjunto Michael T. Keilty, con el apoyo y la asistencia de otros miembros del equipo del Consejero Especial Durham.

La investigación del Fiscal Especial está en curso.

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