El jueves 3 de febrero, el presidente Joe Biden anunció su plan para la movilización de tropas estadounidenses adicionales a Europa en caso de una invasión de Rusia a Ucrania.
Los ecos de la Guerra Fría parecen estar emergiendo a medida que las dos superpotencias mundiales se involucran en otra guerra de palabras, que también involucra a sus respectivos aliados en la refriega.
Movilización estadounidense
A pesar de sufrir las consecuencias de retirar sus fuerzas de Afganistán el año pasado, Biden aprobó el despliegue de las fuerzas estadounidenses en Europa.
El anuncio se produjo un día después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, acusara a Occidente de llevar a su país a una guerra, además de advertir a las naciones exsoviéticas como Ucrania de no ser incluidas en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
«Voy a trasladar tropas a Europa del Este y a los países [de la OTAN] a corto plazo. No demasiadas», dijo Biden a los periodistas tras regresar de un discurso en Filadelfia.
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Aunque ya tiene decenas de miles de tropas en Europa occidental, así como sanciones planificadas contra Rusia, el Pentágono todavía está empeñado en enviar una pequeña cantidad de refuerzos al continente.
Según el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, 2.000 soldados estadounidenses volarían a Polonia y Alemania, mientras que 1.000 de las fuerzas que ya existen en Alemania se trasladarían a Rumania. El miércoles, Kirby dijo que la orden se hizo «en respuesta al ‘clima de seguridad actual'».
El excomandante estadounidense Ben Hodges dijo que los soldados estadounidenses estarán equipados con vehículos y armas ya proporcionados en almacenes en Europa en lugar de esperar a que llegue el equipo de los Estados Unidos.
Además de las tropas que se trasladarán a Europa, 8.500 tropas más en los EE. UU. se pondrán en «alerta máxima» en caso de que surja la necesidad.
“Es importante que enviemos una señal firme al señor Putin y, francamente, al mundo de que [la OTAN] es importante para Estados Unidos y es importante para nuestros aliados”, dijo Kirby a los periodistas.
Se dice que el despliegue de tropas estadounidenses no es para el combate directo en Ucrania, sino para la defensa de los aliados de Estados Unidos en Europa.
También se ordenó la evacuación del país a los miembros del personal y sus familias en la embajada de Estados Unidos en Ucrania. La embajada también instó a los ciudadanos estadounidenses en Ucrania a regresar a casa lo antes posible.
España y Francia prometieron su apoyo a Ucrania, mientras que Turquía planea convertirse en un mediador de paz entre Ucrania y Rusia.
La respuesta de Moscú
Desde entonces, Moscú calificó el despliegue de Estados Unidos como un paso “destructivo” que amenaza con aumentar la tensión y restar importancia a la política.
A pesar de negar cualquier plan para invadir la antigua nación soviética, Rusia tiene 100.000 soldados cerca de la frontera con Ucrania, así como una fuerza naval que se dirige al Mar Negro.
Según el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha habido un “movimiento significativo” de alrededor de 30.000 soldados rusos a Bielorrusia, que se dice que es el mayor despliegue en el país desde la Guerra Fría.
Moscú ha estado apoyando una rebelión armada en la región oriental de Donbas y también ha acusado a Ucrania de no respetar el acuerdo de Minsk, cuyo objetivo es restaurar la paz en la región oriental.
Han pasado ocho años desde la anexión de Rusia de la península de Crimea, ubicada al sur de Ucrania.
Ucrania se prepara para el conflicto
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, teme que un conflicto militar con Rusia pueda conducir a una guerra a gran escala que afectaría a toda Europa.
“Habrá, lamentablemente, una tragedia si comienza la escalada contra nuestro estado”, dijo. “Es por eso que digo abiertamente: esta no será una guerra entre Ucrania y Rusia, será una guerra en Europa, una guerra a gran escala, porque nadie renunciará más a sus territorios y personas”.
El martes, Ucrania también firmó un decreto para aumentar sus fuerzas armadas en 100.000 efectivos durante los próximos tres años, además de aumentar los salarios de los soldados.
Con el miedo a la guerra cerniéndose sobre ellos, los ucranianos se han estado entrenando para prepararse para lo peor, y los civiles se han unido a los ejercicios militares.
