Kazajstán vive actualmente los peores disturbios que la ex república soviética ha visto en más de una década. La violencia ha estallado en la ciudad más grande, Almaty, y en otras ciudades, mientras los manifestantes se oponen a la casi duplicación de los precios de los combustibles y muestran su desaprobación al partido gobernante del país.
El miércoles 5 de enero, los manifestantes irrumpieron en la residencia presidencial y en la oficina del alcalde de Almaty, incendiando ambas, informó Fox News. Los manifestantes llevaban palos y escudos cuando irrumpieron en la alcaldía, según informaron anteriormente los medios de comunicación kazajos.
El gobierno se ha visto obligado a dimitir, aunque no está claro si esto servirá de mucho, ya que el presidente kazajo, Kassym-Jomart Toyakev, condenó las protestas como una acción terrorista y solicitó ayuda militar a la OTSC, una alianza liderada por la Federación Rusa.
La policía abrió fuego contra algunos manifestantes en el palacio presidencial antes de huir, lo que supone una escalada de violencia después de que las autoridades y los manifestantes se hayan enfrentado repetidamente en los últimos días. Según los informes, las autoridades han desplegado cañones de agua con temperaturas bajo cero, gases lacrimógenos y granadas de concusión contra los manifestantes.
Informes indican que los manifestantes irrumpieron en la oficina de Almaty de la empresa rusa de radio y televisión Mir, así como en el edificio que alberga la emisora nacional kazaja.
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El gobierno ha dimitido en respuesta a los disturbios, mientras que el presidente ha prometido promulgar duras medidas en un intento de sofocar la violencia y recuperar el control. Se ha declarado el estado de emergencia en todo el país.
Las «fuerzas de paz» rusas
Tras el anuncio de la dimisión del gobierno, el presidente Tokayev, dijo que los ministros seguirían en sus puestos hasta que se formara un nuevo gabinete, lo que enturbió las aguas sobre si la dimisión tendría algún efecto significativo.
El miércoles por la noche, Rusia y otros miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza a la que pertenece Kazajistán, anunciaron que enviarían tropas al país para ayudar a estabilizarlo después de que Tokayev pidiera ayuda.
La OTSC incluye a Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. Todos los miembros de la OTSC formaban parte de la Unión Soviética, que se derrumbó en 1991.
El Kremlin no comentó de inmediato el despliegue previsto, pero Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, había dicho que otros países no deberían interferir en los asuntos internos de Kazajistán.
Leonid Kalashnikov, un legislador ruso, dijo a Interfax que las fuerzas de la OTSC se centrarían sobre todo en la protección de las infraestructuras kazajas y que se quedarían «el tiempo que el presidente de Kazajstán crea necesario». Rusia tiene una extensa frontera y amplios vínculos económicos con su vecino.
La organización de vigilancia mundial Netblocks ha afirmado que el Internet del país ha sido bloqueado. Los sitios de noticias kazajos a los que se accede habitualmente se han vuelto inaccesibles.
«Los datos de la red de NetBlocks confirman una importante interrupción del servicio de Internet en Kazajstán desde la noche del martes 4 de enero de 2022, que se convirtió en un apagón de comunicaciones a escala nacional el miércoles por la tarde», afirma la organización en su sitio web.
Según un vídeo publicado en Twitter, el ejército kazajo está conteniendo los disturbios, y algunos militares han sido incluso agredidos por los violentos manifestantes antigubernamentales.
Más disturbios se extienden en varias ciudades
Los disturbios no se limitan a Almaty, sino que se han extendido por numerosas ciudades del enorme país centroasiático.
El 4 de enero, el periodista Thomas van Linge publicó en Twitter: «Las protestas antigubernamentales se extienden y crecen por todo #Kazajistán esta noche. Las protestas comenzaron inicialmente en Zhanaozen por una subida de los precios del combustible, pero ahora se están produciendo en varias ciudades, incluida la capital, Almaty».
Han surgido informes que indican que el aeropuerto de Almaty, el mayor del país, fue ocupado por la fuerza por un contingente de 45 hombres. No está claro si las operaciones se han visto afectadas.
En la ciudad de Atyrau se rumorea que las fuerzas policiales abandonaron el trabajo para unirse a los manifestantes.
Desconfianza del gobierno
Aunque las protestas empezaron por el aumento del coste del gas licuado, muy utilizado como combustible para vehículos en el país, los disturbios han evolucionado hacia un descontento más amplio con el partido en el poder desde que la nación se independizó de la Unión Soviética en 1991.
Kazajstán, el noveno país más grande del mundo, cuenta con amplias reservas de petróleo que hacen que la nación sea importante tanto estratégica como económicamente. Sin embargo, a pesar de la enorme riqueza mineral de la nación, el descontento por las malas condiciones de vida se ha extendido en varias partes del país.
Las protestas comenzaron el domingo en la ciudad de Zhanaozen, donde el resentimiento contra el gobierno era muy fuerte tras una huelga de trabajadores petroleros en 2011 que se saldó con al menos 15 personas muertas por disparos. A continuación estallaron grandes manifestaciones en la capital del país, Nur-Sultan, y en Almaty, la ciudad más grande del país y antigua capital.
Dirigiéndose a la nación el miércoles, el presidente Tokayev declaró: «Tenemos la intención de actuar con la máxima severidad hacia quienes no acaten las leyes», y añadió que algunos policías perdieron la vida en los enfrentamientos. Según los informes, ocho policías y soldados de la guardia nacional han muerto y 317 han resultado heridos hasta ahora a causa de los disturbios.
Leo Timm colaboró con este informe
