Niños de hasta cinco años han comenzado a recibir vacunas COVID-19 en Israel. El impulso de vacunación del gobierno se produce cuando la amenaza de una nueva ola de infecciones se cierne sobre el país. A los niños de entre 5 y 11 años se les está inyectando la vacuna Pfizer. Más del 62 por ciento de la población del país ha sido completamente vacunada hasta el 23 de noviembre.
A partir de junio, Israel sufrió la cuarta ola de infección que comenzó a remitir en septiembre. Pero en las últimas semanas, la tasa de reproducción del virus ha mostrado signos de avanzar, lo que indica una potencial quinta ola que podría llegar pronto. La tasa de reproducción efectiva de COVID-19 ha aumentado de 0,61 el 20 de octubre a 0,86 el 21 de noviembre.
Se dice que la mitad de los casos confirmados en el país corresponden a niños menores de 11 años. De los 9,4 millones de personas que viven en Israel, los niños de entre 5 y 11 años representan alrededor de 1,2 millones. El gobierno espera que uno de cada 3.400 niños que contraerán COVID-19 desarrolle el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), una afección en la que algunas partes del cuerpo se vuelven susceptibles a inflamarse. Aproximadamente del uno al dos por ciento de los niños que desarrollan MIS-C terminan muriendo.
En una publicación de Facebook, el primer ministro Naftali Bennett advirtió sobre una «ola de niños» infectados.
“Pido a todos los padres israelíes que vengan y vacunen a sus hijos. Es seguro y protege a nuestros hijos… Es importante vacunarse para que los niños no se enferman con coronavirus y para que no infecten a sus padres“, dijo el primer ministro, mientras llevaba a su hijo de nueve años a vacunarse.
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Los padres tienen opiniones encontradas sobre si tienen la intención de vacunar a sus hijos o no. Una encuesta reciente realizada por Maccabi, un proveedor de atención médica en Israel, encontró que solo el 41 por ciento de los padres de niños entre 5 y 11 años estaban interesados en vacunar a sus hijos. El 38 por ciento se mostró inflexible en que no vacunaría a sus hijos, mientras que el 21 por ciento estaba indeciso.
“Los niños van a la escuela, (se mezclan) con (otros) niños y están haciendo muchas actividades sociales. Estamos muy emocionados de vacunarlos y volver a la vida normal”, dijo a Reuters Katy Bai Shalom, madre de dos niños que se vacunaron recientemente.
La vacunación de los niños es un tema controvertido, ya que muchos han presentado argumentos sólidos en su contra. Según el estadístico William Briggs, 524 niños murieron en los EE. UU. debido al COVID-19 entre enero de 2020 y el 22 de octubre de 2021.
Dado que la población del grupo demográfico es de 73 millones, la tasa de mortalidad por COVID-19 entre los niños es de solo 0,000007. Durante el mismo período, 1.043 niños menores de 17 años murieron de neumonía y se estima que 5.250 niños murieron en accidentes automovilísticos.
Un informe publicado en la revista Nature el 18 de agosto afirma que los niños tienden a ser más inmunes al virus COVID-19 debido a la «inmunidad innata antiviral preactivada en las vías respiratorias superiores».
«La detección del virus y la respuesta inmunitaria innata preactivada en los niños conducen a una producción temprana y eficaz de IFN en las vías respiratorias infectadas, lo que probablemente medie en los efectos antivirales sustanciales que reflejan los observados in vitro en las células tratadas con IFN-(pre). En última instancia, esto puede conducir a una reducción de la replicación del virus y a una eliminación más rápida en los niños. De hecho, varios estudios ya han demostrado que los niños son mucho más rápidos en la eliminación del SARS-CoV-2 en comparación con los adultos, lo que concuerda con el concepto de que cierran la replicación viral antes», afirma el informe.
