El 18 de noviembre, los Senators de Ottawa cancelaron tres de los próximos partidos de hockey sobre hielo, después de que una oleada de casos positivos afectó a varios de los miembros del equipo, a pesar de que el este estaba completamente vacunado.
La cancelación de los juegos de los Senators es una de las mayores obstrucciones al deporte profesional desde que se pusieron a disposición las vacunas y es la primera vez que una liga deportiva profesional norteamericana cancela juegos debido a la pandemia.
En un comunicado, un portavoz del equipo dijo: «La salud y seguridad de la comunidad local, los patrocinadores del lugar y el personal y los jugadores de la organización es la máxima prioridad de Senators Sports & Entertainment».
Los Senators de Ottawa al banquillo
La Liga Nacional de Hockey (NHL) hizo el anuncio el 17 de noviembre sobre la suspensión de la temporada por parte de los Senators. Los juegos han sido suspendidos hasta al menos el 20 de noviembre, debido a que el 40 por ciento del equipo dio positivo por COVID-19. Diez jugadores y un entrenador han sido identificados como positivos para la enfermedad.
El equipo de la NHL no pudo enfrentarse a los Nashville Predators y pospuso otro partido contra los New Jersey Devils hasta el lunes 6 de diciembre.
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Aunque el equipo ha sido completamente vacunado, no ha revelado qué vacunas tomaron. La confirmación de sus casos positivos ha demostrado cómo el virus aún puede transmitirse incluso a los vacunados, especialmente en «lugares con mala ventilación [donde las personas] se levantan frente a frente», informó The Wall Street Journal (WSJ).
Issac Bogoch, especialista de la Universidad de Toronto y consultor de la Asociación de Jugadores de la NHL, dijo: “Las vacunas son extremadamente efectivas para reducir el riesgo de transmisión, pero no son perfectas. Si las personas practican un deporte como el hockey, durante un período de tiempo considerable, donde hay un contacto físico cercano, y juegan adentro, sin máscaras, existe un buen riesgo de transmisión”.
La NHL declaró con orgullo una tasa de vacunación del 98 al 99%, un total de 25 equipos completamente vacunados, el día de la inauguración. Incluso entonces, los epidemiólogos no se sorprendieron por las infecciones, ya que advirtieron que el virus aún podría afectar a los vacunados. Los juegos de hockey no se pueden jugar con distanciamiento social y máscaras, por lo que se corre el riesgo de que los jugadores se infecten.
Los Pittsburgh Penguins también sufrieron un brote a principios de noviembre, dejando al centro Sidney Crosby al margen durante 10 días después de dar positivo.
Bogoch también dijo que la NHL ha hecho «un buen trabajo» con los esfuerzos de vacunación y la reducción de riesgos.
“No es inaudito ni sorprendente que estemos viendo algunos brotes. Las vacunas mantienen mucho bajo control».
Recuperándose de la caída
Según SportsNet Canada, los jugadores restantes de los Senators están «agotados física y mentalmente». Existe la esperanza de que la pausa de los juegos ayude a algo más que a los jugadores afectados.
«Casi cruzas los dedos todos los días con la esperanza de pasar con una (prueba) negativa», dijo el veterano defensa Michael Del Zotto. “Es una experiencia de aprendizaje, con las diferentes pruebas que estamos haciendo y tratando de mantener a todos a salvo, no solo a los jugadores, sino también a sus familias y al personal. Es una gran oportunidad para que los muchachos aprendan el lado mental del juego”.
Desde que salieron a la luz los casos, el equipo canceló las sesiones de práctica mientras realizaba ajustes en su vestuario para adaptarse al distanciamiento físico. Algunos de los miembros también fueron trasladados a hoteles para garantizar que sus familias estén seguras.
Los Senators perdieron siete de sus partidos en noviembre y se ubican últimos en la División Atlántica con 4 victorias, 10 derrotas y 1 empate en lo que va de temporada.
